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Lo que deberías saber antes de escanear un código QR


Probablemente te ha pasado que estás en un restaurante, abres el menú y ya no hay cartas impresas, sino un cuadrado blanco y negro con el mensaje “Escanea aquí”. También los ves en carteles, paradas de bus, etiquetas de productos o incluso en la cuenta de un bar.

Los códigos QR se convirtieron en parte de nuestra vida diaria porque son cómodos y rápidos de utilizar. No obstante, a pesar de que parecen inocuos, pueden tener ciertos riesgos que no siempre percibimos a primera vista.

Qué es realmente un código QR

“QR” significa Quick Response, o “respuesta rápida”. Básicamente, es como un código de barras moderno capaz de guardar más información. Cuando lo escaneas con la cámara del móvil, te lleva directo a una página web, un video, una app o un formulario.

Hasta ahí todo suena muy bien. El problema es que, precisamente, por ser tan fáciles de usar, también resultan atractivos para los estafadores. Cada vez que escaneas uno, tu teléfono abre un enlace que tú no puedes ver con claridad antes de acceder.

Dónde puede estar el riesgo

La mayoría de los códigos QR son seguros, pero algunos pueden estar alterados. Un estafador, por ejemplo, puede imprimir una pegatina con un código falso y colocarla encima de un QR original. Al escanearlo, podrías ser redirigido a una página maliciosa que imita a la real. Así, sin darte cuenta, podrías terminar introduciendo datos personales o incluso los de tu tarjeta.

También existe el llamado QRishing, una combinación de “QR” y “phishing”, que es un método de estafa. Es una forma de engaño digital en la que los atacantes utilizan códigos QR para dirigir a las víctimas a sitios falsos o formularios diseñados para robar información personal, credenciales o datos financieros. En algunos casos, el enlace también puede llevar a la descarga de una aplicación maliciosa si el usuario lo aprueba.

Señales de alarma

Antes de escanear un código QR, vale la pena que te tomes un momento y lo revises con atención. Algunas señales de advertencia que pueden tener los QR falsos son:

  • El código parece estar pegado sobre otro

Cuando vayas a escanear uno en un lugar público, revisa si la etiqueta es reciente o está fuera de lugar. Como se mencionó, los estafadores pueden colocar sus propios códigos sobre los originales para dirigir a páginas falsas.

  • No hay contexto en el QR

Si el código QR no explica qué contiene ni quién lo ofrece, es mejor no usarlo. Los códigos legítimos suelen ir acompañados de un texto o logo que indique su origen.

  • Te pide datos de carácter personal

Si el sitio que se abre solicita información como el número de tarjeta o una contraseña, ciérralo de inmediato. Ninguna empresa confiable pide datos sensibles a través de un código QR.

Es importante que te mantengas atento y mires dos veces; no cuesta mucho. Unos segundos de precaución pueden ayudarte a evitar muchos dolores de cabeza.

Protégete sin volverte un paranoico

No se trata de que dejemos de aprovechar o confiar en los códigos QR, sino de usarlos con un poco de sentido común. Para esto, aquí tienes algunos consejos sencillos:

  • Usa el lector de tu propia cámara o una aplicación con buena reputación.
  • Comprueba la dirección antes de abrirla. Si la ves rara o extraña, no hagas clic.
  • Desconfía de los códigos QR que recibes por email. Algunos delincuentes los emplean para saltar filtros de seguridad.
  • Mantén el sistema actualizado. Las actualizaciones corrigen fallos que podrían ser aprovechados por los hackers.

Cuando escanees códigos QR usando una red Wi-Fi pública, como en un café o aeropuerto, procura también que tu conexión esté cifrada. Una VPN como Surfshark crea ese cifrado y ayuda a mantener tu navegación privada. Así, si un código QR te redirige a un sitio fraudulento, reduces la posibilidad de que terceros intercepten tus datos o manipulen la conexión.

Casos que se han vuelto comunes

Recientes casos muestran que los fraudes con códigos QR son cada vez más comunes en lugares como estacionamientos de parking y gasolineras, cafeterías o restaurantes. Estas estafas también han evolucionado: se han visto carteles falsos de conciertos con códigos que dirigen a páginas de boletos falsas y perfiles en redes sociales que ofrecen supuesta “ayuda técnica” mediante QR.

A pesar de que nos pueda parecer algo muy lejano, es necesario saber que esto puede suceder en cualquier sitio. En parte, porque los estafadores no necesitan grandes conocimientos, solo imprimir un código QR y colocarlo en un lugar donde sea visto por un gran número de personas.

Qué hacer si caes en la trampa

Si alguna vez sospechas que escaneaste un código QR malicioso, no entres en pánico, mantén la calma y actúa rápido para mitigar el daño:

  • Cierra la página de inmediato y no descargues nada.
  • Cambia tus contraseñas si compartiste información personal o bancaria.
  • Revisa tus movimientos bancarios y contacta con tu banco si ves algo extraño.
  • Pasa un antivirus en tu dispositivo.
  • Revisa la configuración de tu móvil, especialmente los permisos de las apps.

Toma unos minutos para comprobarlo todo con calma. Así podrás asegurarte de que todo sigue bajo control y evitarás que un problema pequeño se transforme en algo mayor.

Un poco de sentido común vale oro

La tecnología avanza a paso firme, y los códigos QR parecen haber llegado para quedarse. Los encontramos en menús, boletos, productos, museos y más. No son peligrosos en sí, pero requieren atención. Una pequeña pausa puede salvarte de más de un problema y proteger tus datos.

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