La tecnología móvil está dando grandes vías de desarrollo para infinidad de negocios, y uno de ellos es el de la mensajería instantánea, llegando a crear a la gente la necesidad de tener un smartphone con conexión a Internet para poder comunicarse con sus “amigos”. Y es en este contexto donde siguen surgiendo competidores para el rey de estos momentos como es WhatsApps, el último en llegar ha sido Telegram.
Para poder realizar una prueba con esta nueva herramienta de mensajería instantánea, nada mejor que descargarlo y probar en primera persona qué se esconde detrás de Telegram y hasta qué punto podrá competir con WhatsApp en este segmento. Una vez descargado en un terminal con Android, y verificado el número, mandan un código de activación para poder empezar la sesión. Antes de nada, hay que destacar que se trata de una aplicación totalmente gratuita, por lo que, en principio, su accesibilidad es máxima. En este sentido hay que señalar que, por ejemplo, para los usuarios de Windows Phone todavía no hay versión oficial, pese a que con una beta pueden utilizarla.
Otro aspecto técnico a destacar es que con el mismo número de teléfono puedes abrirte cuentas distintas en terminales diferentes. Y ahora sí, una vez que ya está instalado y abierto, llega lo hora de utilizar Telegram. Lo primero que llama la atención, y que lógicamente es indisociable con el resto del análisis, es que esta herramienta está basada casi al 100% en el concepto WhatsApp, tanto en su forma como en el aspecto. De hecho, con la variación de color, para alguien que no hubiese utilizado nunca WhatsApp, apenas lo podría diferenciar. Y viceversa, para alguien que no sepa mucho de tecnología, pero allá usado la popular herramienta de mensajería, le sería todo muy sencillo e intuitivo, porque prácticamente la navegación es la misma.
¿Podrá Telegram con WhatsApp?
Si dejamos al margen un aspecto que los creadores de la apps lo han vendido como diferencial, el hecho de que sea libre, es decir que el código fuente es abierto, realmente para los usuarios “corrientes”, que pueden representar el 80% de sus potenciales accesos, ¿verán alguna diferencia? Lo cierto es que no. Es decir, al igual que su otro gran argumento, el de la seguridad, tampoco es algo ni que se haya podido probar, ni que al usuario, expuesto a tantas y tantas amenazas externas le vaya a preocupar a estas alturas.
No vamos a obviar la importancia de la seguridad, y el hecho de que Telegram haga hincapié en ello, ¿pero realmente tiene cabida a estas alturas en el segmento de la mensajería instantánea? Lógicamente, para hacer la prueba, se ha tenido que “obligar” a varios compañeros de los diversos medios del Grupo ADSLZone a que se descargaran la aplicación para llevar a cabo una conversación. Y es que, seamos pragmáticos, con una cantidad media de contactos de entre 100 y 200 personas, con una tasa de penetración en WhatsApp del 80% o 90%, ¿quién va a dar el cambio por una supuesta mejor seguridad simplemente?
Al margen de las especulaciones, sobre el uso de las conversaciones, la creación de grupos, el envío de fotos, videos, etc., todo es completamente igual que WhatsApp. Apenas hay matices que varían, y el único gran cambio es un supuesto “Chat Secreto” donde las conversaciones son 100% seguras. Ahora bien, habrá que preguntarse hasta qué punto se cuentan secretos de Estado a través de una apps.
Por lo que respecta al Menú de Opciones, no hay ninguna novedad salvo que tiene formato propio, es decir, no depende del botón de Menú del terminal, sino que lo incorpora sobre la aplicación. Por lo demás,cambio de foto, elegir el tipo de notificaciones, el fondo del escritorio sobre el que escribir, tamaño de la letra… En definitiva, y sin hacer de menos a Telegram, que ha llegado al mercado con sus buenas intenciones en cuento a seguridad, pero realmente el problema está en luchar, en estos momentos, contra una herramienta tan asentada como WhatsApp.
Supuestamente tiene una mayor velocidad en la carga y consume menos recursos, pero realmente en la prueba llevada a cabo, no se ha visto una diferencia sustancial con respecto a WhatsApp. Todo lo demás atañe a la privacidad y la seguridad, y de esto es algo que tenemos que fiarnos, porque demostrarlo resulta imposible al ciudadano.