Desde que la informático se ha podido considerar como informática, siempre nos hemos encontrado a dos bandos. Por un lado, estaban aquellos desarrolladores, o grandes compañías, dispuestos a a colaborar para conseguir que el mundo de la tecnología cada vez avanzara más. Gracias a esta actitud, la web, las páginas web, son hoy en día lo que son. La idea de las páginas web surgió en el CERN, por parte de uno de los investigadores que allí trabajaban, y con la ayuda de algunos de los otros investigadores. El CERN decidió liberar este sistema, la web, para que cualquiera pudiera utilizarlo. Gracias a ello somos muchos los que hoy utilizamos las páginas web para trabajar.
Sin embargo, también existía el otro grupo, el de aquellos desarrolladores o compañías que no querían colaborar por miedo a que otro se beneficiara del trabajo que uno mismo había desarrollado. Claro, todo es respetable, pero por culpa de esa actitud se han perdido proyectos que en el futuro podrían haberse convertido en grandes estándares. Y precisamente ese es el caso de dos de las compañías más grandes del mundo en este momento, Google y Microsoft. La primera de ellas ha lanzado un sistema operativo libre, que es Android, y que ya es el sistema operativo móvil más utilizado del planeta. La otra, un gigante del software para ordenadores, no acaba de conseguir que su sistema operativo para móviles triunfe a nivel de ventas. Están en situaciones diferentes, pero actúan de la misma manera. Se temen la una a la otra, y no están dispuestas a colaborar.
Quién iba a decir que las dos compañías iban a presionar a los fabricantes para que no lanzaran estos tablets al mercado. Y resulta incomprensible. En el caso de Google, no encaja con su sistema operativo. Es un sistema operativo libre, y cualquiera lo puede utilizar en sus dispositivos. Eso es lo que lo ha hecho triunfar. Presionar para que ese dispositivo no llegue al mercado es algo propio de compañías manipuladores. Y es que, en realidad, Google lo es. Ya hemos hablado antes sobre la manera de actuar de Google. Hablan de la libertad por bandera, pero luego ellos actúan como compañías que critican, tales como Apple. ¿Y Microsoft? Los usuarios no apuestan por Windows Phone por miedo a perder las aplicaciones que tiene Android y quedarse desfasados con respecto al mercado. Un tablet que contara con Android y Windows permitiría a los usuarios asegurarse de no quedar desfasados, pero pudiendo utilizar Windows y dándose cuenta de la calidad de este sistema operativo.
Sin embargo, se temen. Microsoft confía en su sistema operativo. Y va a apostar por él una y otra vez. Lo que teme Microsoft es que los tablets duales se comiencen a convertir en comunes, que su sistema operativo comience a triunfar, y que entonces las ventas de Windows serán las mismas que las de Android. Es casi el cuento de la lechera. Antes de pensar en no compartir las ventas con el rival, piensa en triunfar. Google, por su parte, teme a Microsoft, y con razón. Los de Redmond son un gigante de la tecnología, y antes o después van a dar con un sistema exitoso. ¿Por qué iba a poder Microsoft aprovechar el éxito de mis productos para vender más Windows? Por el mismo motivo por el que Google aprovechó el éxito de Apple, su sistema operativo, y su plataforma con aplicaciones, para copiarla y lanzar una igual que fuera libre.
Al final, son las compañías las que deciden, y los usuarios no podemos hacer nada más. Pero resulta curioso darse cuenta de que las grandes multinacionales no tiene lemas, ni tiene una ética con la que cumplir. No actúan por principios. Solo tienen uno, ganar más y más dinero. Y si es posible, aplastando al contrario. Es triste, pero es así.
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