¿Hay futuro realmente para los wearables? No cabe
duda de que todos los grandes nombres del sector de los dispositivos
móviles están invirtiendo buena parte de sus esfuerzos en hacerse con un
hueco en lo que parece un mercado emergente, pero los primeros datos
que vamos teniendo sobre la adopción de este tipo de gadgets no son
precisamente prometedores: hasta un tercio de quienes han comprado wearables han dejado de usarlos al cabo de seis meses.
Llevamos ya más de un año hablando del iWatch Apple,
que hasta el momento es sólo un rumor, pero que sin duda ha empujado a
otros cuantos de los grandes fabricantes a lanzar sus propios
smartwatches. Google también ha hecho una contribución fundamental al auge de estas tecnologías, con sus Google Glass y, más recientemente, con la presentación de su Android Wear.
¿Se corresponde, sin embargo, todo el interés que despiertan las
noticias sobre estos dispositivos con el interés real que tienen luego
para los usuarios que deciden hacerse con ellos? Pues, según recientes
investigaciones, parece ser que no.
Un tercio los abandonan en sólo medio año
Las cifras de ventas de smartwaches y
dispositivos afines no son especialmente buenas, pero este podría no ser
su mayor problema, según apuntan las investigaciones sobre el tema de
forma reiterada: lo más preocupante para el futuro de estas tecnologías
no es que hasta el momento se vendan poco (algo comprensible ya que una
tasa baja de adopción inicialmente es algo común), sino que se usan aún
menos.
Los datos vienen de la consultora Endeavour Partners y señalan que un tercio de los norteamericanos que han comprado algún tipo de wearable
han dejado de usuarlo al cabo de sólo seis meses. No es, además, la
primera vez que se manejan cifras similares de abandono de la
tecnología: el pasado otoño, CCS Insight descubrió que hasta un 40% de quienes los poseen no los utilizan.
¿Qué es lo que falla?
¿Cuáles son las razones de este “fracaso”? Debido a lo
novedoso de estas tecnologías aún tenemos poca información al respecto,
pero el sentido común nos dice rápidamente que si se usa tan poco es
porque no se le encuentra demasiada utilidad. Según el mencionado
estudio de CCS Insight, la mayor parte de quienes habían dejado de
utilizar sus wearables afirmaban que se habían “aburrido” del concepto o
que, simplemente, se olvidaban de ponérselo, algo que, desde luego, no
dice mucho a favor de lo que tienen que aportar a nuestra vida cotidiana
y que no sucedió con los primeros smartphones, por ejemplo.
Lo cierto es que incluso Tim
Cook afirmaba hace mucho ya que este tipo de dispositivos no podían
aspirar a la difusión conseguida por los teléfonos móviles, ni tan
siquiera a la lograda por las tablets. Como decimos, no obstante, la
cuestión es aún más problemática si incluso un porcentaje tan alto
de aquellos que sí se han sentido atraídos por la idea en algún momento
pierden el interés tan rápidamente.
¿Cambiarán Apple y Google la situación?
Un mal comienzo, en cualquier caso, no descarta por
completo su éxito a largo plazo y, de hecho, la llegada de compañías
como Apple y Google a este emergente sector podría cambiar bastante la
situación, y probablemente lo hagan al menos en cuanto a cifras de
ventas. Cuestión aparte, no obstante, es descubrir si conseguirán
también mejoras importantes respecto a su utilidad para los usuarios.
Por el momento sólo conocemos de forma oficial el proyecto de Google, Android Wear, y el smartwatch de Motorola que lo estrena, el Moto 360, y lo cierto es que la acogida recibida por parte de los expertos ha sido bastante positiva: por un lado, la integración con Google Now
parece una baza importante a la hora de dotar al dispositivo de
funciones interesantes para nuestra vida cotidiana y, por otra, su diseño,
más próximo al de los relojes más convencionales, es sin duda atractivo
y más apropiado probablemente para atraer a los más escépticos.
En el caso del iWatch, sin embargo, todo
lo que tenemos hasta el momento son rumores y, de hecho, tampoco se
puede descartar que nos llevemos la gran sorpresa de que ni siquiera
debute aún este año, si bien todo lo que se ha filtrado hasta el momento
sobre iOS 8 y el protagonismo que tendrá en él las funciones de monitorización de salud y deporte, apuntan directamente a él.
Fuente: theguardian.com
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