Google Glass es uno de esos ‘gadgets’ que tuvo su
momento dulce hace ya algunos meses y que ahora parece haber caído en un
olvido que en Mountain View temen que pueda llevarse por delante todo
lo invertido e investigado. Así que toca dar un golpe de timón poniendo
su criatura en manos de un ‘ex-Apple': Tony Fadell.
Tony Fadell empieza a mandar en Google
La decisión, comunicada por Google hoy mismo, supone el
reconocimiento implícito de que tienen un problema en esa área y que con
la llegada de Tony Fadell seguramente va a sufrir un ajuste profundo en
su estrategia. Además, se da la curiosa situación de que el fundador de Nest (el
termostato inteligente), empresa comprada hace un año por Google por
3.200 millones de dólares, mantiene su estructura al margen de los de
Mountain View por lo que podría considerarse este proyecto que va a
liderar Fadell como una forma de entrar en la matriz y empezar a mandar.
Ojo, sólo lo hará en la parte que tiene que ver con las Google Glass
donde el actual jefe de proyecto hasta ahora, Ivy Ross, tendrá que
empezar a consultarle todo lo que haga a este ingeniero que podemos
considerar como uno de los padres del iPod original de 2001 y que
también trabajó en el proyecto iPhone que salió en el verano de 2007.
¿Un nuevo rumbo para las Google Glass?
En los últimos meses os hemos contado los oscuros nubarrones que
acechaban a las otrora solicitadas Google Glass, cuando trascendieron
datos de que muchas de las empresas que estaban desarrollando
para este ‘gadget’ habían dejado de hacerlo para buscar otros
horizontes más rentables. A ese baldón hay que añadirle el cierre del
proyecto Google Glass Explorers, que tenía puntos de encuentro por todo EE.UU. y que fueron cerrando ante los asombrados ojos de quienes pensaban que estas gafas formaban parte ya del panorama de nuestro futuro.
A día de hoy Google no ha vuelto a dar señales creíbles
que nos hicieran pensar que Google Glass tendrá un lanzamiento
comercial en los próximos tiempos y con este nombramiento lo que sí nos
queda claro es que, por un lado, reconocen que están estancados y que
tienen un problema (gordo) y, por otro, que no van a tirar la toalla y que con Tony Fadell a la cabeza seguramente tienen ahora más futuro hoy que hace unos días.
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