Es mejor tocar el mundo real que una pantalla
El estudio hace una clara distinción entre los niños que están en edad escolar y los casi recién nacidos que llega hasta los 36 meses, aproximadamente. Es en estos últimos casos donde el uso de los tablets no es lo más recomendable, frente a juguetes más tradicionales donde el pequeño se hace al tacto, a las formas y ejercita mucho mejor su comprensión espacial.Pero no solo en ese punto hay inconvenientes. Según los responsables del estudio, “Si estos dispositivos se convierten en el método predominante para calmar y distraer a los niños pequeños, ¿serán capaces de desarrollar sus propios mecanismos internos de autorregulación?”. En caso de que un niño de edad muy temprana use uno de estos tablets (o smartphones), el tiempo es muy importante también por que han conseguido encontrar vínculos entre esa cantidad de atención y el desarrollo de ciertas habilidades: “Estos dispositivos pueden reemplazar las actividades prácticas importantes para el desarrollo de las habilidades ‘sensomotoras y visualmotoras’, que son importantes para el aprendizaje y la aplicación de las matemáticas y la ciencia”.
Es más, también llegan a la conclusión de que el uso de los teléfonos y tablets pueden interferir en la capacidad de desarrollo de la empatía y habilidades para resolver problemas, que son elementos de interacción social que se aprenden solos, simplemente por el hecho de jugar y tener contacto con otros niños de la misma edad.
Más beneficios cuanto más mayores son
Antes de nada, decir que muchos de estos inconvenientes se circunscriben a los primeros tres años del niño, por que cuanto más cerca está del periodo de escolarización más beneficios obtiene del uso de estos nuevos dispositivos. Así lo afirman también en este estudio donde corroboran que existen evidencias claras entre programas destinados al aprendizaje como ‘Sesame Street’ (Barrio Sésamo), los libros electrónicos y manuales para aprender a leer, y una mejoría sustancial en la comprensión lectora y asimilación de nuevo de vocabulario.De todas formas, y viendo algunos de los problemas que citan, ¿no os parece que cuando la televisión llegó a las casas para distraer a los niños de hace 20, 30 ó 40 años no se dijeron cosas parecidas? ¿Estáis de acuerdo con lo que revela este estudio? Contadnos.
Fuente: The Guardian
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