Cuando vamos a adquirir un nuevo smartphone nos informamos sobre sus características, los componentes que utiliza, leemos análisis,
opiniones de otros usuarios y, por supuesto, nos fijamos en su diseño,
en los materiales que utiliza y, en general, a la calidad con la que
están construidos.
Este último punto es fundamental, el smartphone nos debe sentar bien en la mano,
debe tener un diseño ergonómico, agradable de agarrar, que no desprenda
cierta sensación de peligro por resbalarse en cada momento. Por
desgracia no todos lo cumplen, aunque cada vez los fabricantes van
cuidando más el apartado de diseño, empezando por la gama alta.
Un aspecto que muchas obviamos y que acaba marcando la diferencia es la distribución de los elementos y botones del móvil.
Puede parecer algo mínimo, pero es algo en lo que sólo caemos cuando
comenzamos a usarlo a diario. Sí, al final te acabas por acostumbrar,
más que nada porque ese smartphone te acompañará durante los próximos
meses, pero eso no quiere decir que cosas como los botones físicos o el
conector jack estén siempre en un buen lugar.
La posición y diseño de la cámara
Sí, obviamente la trasera estará en la trasera y la frontal en el
frontal, pero también importa su posición exacta. En el caso de la cámara delantera no
suele haber muchas diferencias entre modelos, suele situarse en la zona
superior, sobre la pantalla y junto al auricular y los sensores de
proximidad y luminosidad.
Sin embargo, también encontramos modelos en los que la cámara frontal varía su ubicación. Un ejemplo es el Sharp Aquos Crystal, que, debido a sus bordes de pantalla casi imposibles, obliga a que la cámara pase la parte inferior.
Aunque se trate de un caso aislado, da muestra de que variar ese
componente de sitio no es buena señal, ya que puede quedar obstruido con
facilidad.
En el caso de la cámara trasera tampoco hay misterio. Por norma general los fabricantes suelen colocarla en la zona superior, y ya dependiendo del modelo está centrada o más tirando hacia una de las esquinas.
Uno de los “problemas” que surge al llevarla a una esquina es
que corremos el riesgo de que, si no llevamos cuidado, podríamos meter
un dedazo en la foto.
Del mismo modo, la fiebre por crear smartphones cada vez más delgados está provocando que las cámaras trasera tengan que sobresalir unos milímetros del cuerpo del móvil para hacer hueco a todos los componentes. En este caso, si sobresale y está ladeada, es probable que el teléfono cojee
cuando lo utilicemos sobre una mesa o superficie plana. Un detalle que
puede pasar desapercibido a la hora de comprarlo pero acaba siendo muy
molesto si, como en mi caso, pasas muchas horas en una mesa y utilizas
el móvil sobre ella.
La situación del altavoz
Si eres un usuario que va consumir muchos contenidos multimedia, como vídeos o música, te debe importar dónde está el altavoz en tu próximo smartphone.
Tal y como se comenta, las posiciones habituales del altavoz
se suelen limitar a tres: en el frontal, la trasera (normalmente la
zona baja) y en la base, junto al conector microUSB (que en ocasiones
también se mueve).
Personalmente prefiero la situación frontal, el
sonido directo y en estéreo es genial para ver películas o reproducir
música, sin embargo, también afecta al tamaño del teléfono. HTC lo sabe
bien con su tecnología BoomSound en la gama One y en algunos Desire. Suenan genial, pero se necesita espacio.
Por otra parte tenemos a los smartphones que tienen su altavoz en la parte trasera.
Los hay más o menos potentes, pero su pega es que esa posición también
provoca que en ocasiones el sonido se reduzca al quedar la rejilla
ligeramente tapada. Muchos modelos incluyen un puntito o tope para que
esto no suceda y, aunque mejora el resultado, se sigue perdiendo un
poco.
Por último están los smartphones con altavoz en la base, una situación por la que cada vez optan más fabricantes (uno de los últimos Samsung en el S6
y S6 Edge). De esta forma se evita que quede tapado, aunque también
corre el peligro de que reduzcamos el sonido al agarrar el terminal con
la base de la palma de la mano.
Lo que está claro es que decidir la ubicación perfecta es difícil,
más que nada porque cada usuario hace un uso diferente del teléfono y el
que no lo tape escuchando música, lo hará jugando en horizontal o…
Botones físicos, virtuales y algunos más
Por último llegamos al apartado de los botones, ya
no sólo los que solemos encontrar bajo la pantalla, sino todos los que
incluyen los teléfonos, normalmente el de encendido, los de volumen y,
algunos modelos, uno dedicado a la cámara.
Los botones virtuales en pantalla han ido ganando
terreno a los físicos, aunque a mitad de camino siguen existiendo
muchos teléfonos con botones capacitivos. A favor de los virtuales está
su capacidad de adaptación, incluso algunas marcas
permiten personalizar su orden y añadir nuevas funciones (por ejemplo
uno para bajar la barra de notificaciones, muy útil en smartphones de
grandes dimensiones).
En el caso de los botones físicos, lo más común es
el de encendido en el marco derecho y los de volumen en el izquierdo
(pese a que fabricantes como Oppo hacen exactamente lo contrario),
aunque cada vez más vemos como más modelos pasan todos sus botones al
lado derecho. Esto está motivado también por el aumento del tamaño de los dispositivos,
ya que colocándolos a ese lado se facilita su accionamiento con una
sola mano y con el pulgar. Irá a gustos, pero lo que sí está en desuso
es su situación en la zona superior, prácticamente inaccesible a una
mano y sin hacer malabares con pantallas de más de 5 pulgadas.
Cada fabricante tiene sus costumbres, suelen mantener patrones de diseño
a lo largo de sus gamas, pero eso no quiere decir que sus diseños sean
los más ergonómicos. Por suerte o por desgracia, arriesgar con los
diseños también implica en ocasiones tocar otros elementos que a su vez
afectan a la experiencia de uso real.
No hay comentarios:
Publicar un comentario