Diez años es mucho tiempo para un servicio, muchos caen antes de llegar a esa edad. Otros simplemente evolucionan.
En su presentación anual del estado de Internet, hay una diapositiva, de entre las más de 300 que conforman la publicación, que muestra cómo ha cambiado la red social.
2011: Las fotos son la esencia
Cuando Instagram se fundó, la idea era crear un sitio al que subir las fotos que hacíamos con nuestros móviles. Bueno, con nuestros iPhone porque esta aplicación nació en iOS y luego dio el salto a Android.
La propia interfaz remarcaba el icono de la cámara, llamando la atención sobre el mismo para que hiciéramos fotos y las subiéramos al servicio.
2015: Descubriendo nuevas fotos
Cuatro años después, además de un cambio en la interfaz, vemos un enfoque más pensado para que el usuario no sólo suba contenido, sino que lo consuma. Fue el origen de la sección Explorar, que nos permite encontrar contenido de cualquier tipo. En ese momento se limitaba a las fotos, claro.
2016: el vídeo es el rey
Un año después, y tras el intento frustrado de Mark Zuckerberg de comprar Snapchat, Instagram decide implementar su propio sistema de publicaciones efímeras en forma de fotos y de vídeos. Y así nacieron las historias, el que actualmente es el rey del contenido en la aplicación.
2019: a por el comercio electrónico
Y llegamos al final, por ahora, de la evolución de este servicio. Instagram está dando cada vez más relevancia a las compras dentro de la aplicación, a poder descubrir nuevas personas a las que seguir que nos recomienden productos que comprar, y hacerlo sin fricción.
Este servicio se encuentra en plena expansión, siendo el sustituto de otros como Facebook o WhatsApp, sobre todo para los adolescentes. Es posible que dentro de unos años vayamos a tener que poner una nueva imagen en esa diapositiva, o quizás Instagram haya sido suplantado por competo por otra aplicación.
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