Más allá de sus características técnicas, hay teléfonos que han quedado en nuestro recuerdo, ya sea por su brutal aceptación entre el público a principios de los 2000 (e incluso finales de los 90) o por haber sido nuestros primeros móviles.
Y es que estos modelos, como el Nokia 3310, comparten algo muy especial: la nostalgia. Nos transportan a una época más sencilla, en la que la tecnología no era tan compleja y las relaciones sociales tenían lugar cara a cara y no en redes sociales, videollamadas o apps de citas.
Recuerdo con cariño las largas conversaciones por teléfono, los mensajes de texto con amigos y los juegos como el snake. De hecho, hasta pasar una tarde haciendo llamadas perdidas (que no te lo cogieran, que costaba un riñón) con aquellos amores de verano.
Aunque la tecnología ha avanzado a pasos agigantados, hecho de menos estos teléfonos:
Nokia 3310: El indestructible
El Nokia 3310 es, sin duda, uno de los teléfonos más emblemáticos de la historia. Su resistencia era legendaria: caídas, golpes, inmersiones… ¡nada parecía poder con él! Pero más allá de su durabilidad, el 3310 nos regaló horas de diversión con su adictivo juego de la serpiente.
Además, sus politonos eran personalizables y se convirtieron en toda una seña de identidad. Por supuesto, la batería parecía inagotable, lo que nos permitía estar comunicados durante días sin necesidad de recargarlo.
Motorola RAZR V3: El plegable más delgado
El Motorola RAZR V3 fue mucho más que un teléfono móvil; era un símbolo de estatus. Su diseño ultra delgado y su pantalla externa lo convirtieron en un objeto de deseo para muchos. Recuerdo las horas que pasaba admirando su diseño y abriendo y cerrando la tapa una y otra vez, aunque jamás llegué a tenerlo porque era bastante caro para mis pretensiones.
Además de su estética, el RAZR V3 ofrecía una experiencia de usuario muy satisfactoria, con un teclado físico cómodo y una cámara de buena calidad para la época.
Alcatel One Touch Easy: El ladrillo
El Alcatel One Touch Easy fue un teléfono muy popular entre los jóvenes debido a su precio y porque lo regalaban casi todas las operadoras, pero, sobre todo, por un diseño sencillo y colorido.
Lo mejor de este teléfono era su facilidad de uso. Las funciones eran básicas, pero suficientes para realizar llamadas y enviar mensajes de texto. Además, muchos modelos incluían juegos sencillos y divertidos, como el clásico Tetris.
BlackBerry: El rey de la productividad
Los BlackBerry, da igual el modelo, eran los teléfonos preferidos por los profesionales y los ejecutivos. Su teclado físico QWERTY era perfecto para escribir correos electrónicos y mensajes largos. Además, su sistema operativo permitía una gran personalización y ofrecía funciones avanzadas de gestión de correo electrónico y calendario.
De hecho, contaban con un sistema de chat que fue la antesala de lo que hoy es WhatsApp.
Sony Ericsson K750i: Cámara y música
El Sony Ericsson K750i fue uno de los primeros teléfonos móviles en incorporar una cámara de alta resolución y un reproductor de música MP3. Era como tener tu Discman en un pequeño dispositivo que además permitía hacer llamadas y unas fotos bastante decente (impropias del peor smartphone actual, pero seamos consciente del año en que salió).
Esto lo convirtió en el compañero perfecto para los amantes de la fotografía y la música que buscaban un smartphone con un diseño era moderno y atractivo, con le extra de que su pantalla a color era una auténtica maravilla para la época.
Nokia 8210: El Pequeño gigante
Otro de los grandes éxitos de la marca finlandesa, una evolución del 3310 con diseño compacto y elegante con un teclado pequeño pero cómodo, y una pantalla monocromática mostraba una calidad de imagen sorprendente para la época. Además, la batería del 8210 duraba días, lo que lo hacía ideal para aquellos que pasaban mucho tiempo fuera de casa.
Siemens S35: Elegancia en tamaño compacto
Aunque hoy se les conozca más por sus electrodomésticos, hubo una época en que Siemens creaba móviles de lo más interesantes. Prueba de ello es este S35 que cayó en mis jóvenes manos hace tiempo, dotado de una carcasa metálica y una pantalla a color que lo convertían en un dispositivo muy atractivo.
Hoy n osería mucho más que un smartphone para abuelos, pero le guardo un cariño especial.
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