Xiaomi se está generando un buen nombre de marca por derecho propio. Y
no sólo por las noticias sobre su expansión, sus buenos datos de ventas
o sus intenciones de expansión internacional. Su nuevo teléfono, el Mi4, está en boca de todos,
por unas características de alto nivel a un precio casi de derribo.
Todo esto no es casualidad, más teniendo en cuenta que, de manera
oficial, Xiaomi apenas ha salido de China.
Muchos no dudan en tildar a Xiaomi como la ‘Apple de China’. Y no les falta razón. En el gigante asiático se han posicionado como una marca líder en ventas
con una estrategia comercial muy al estilo de la compañía de Cupertino.
No tienen más que un puñado de dispositivos distintos, han generado una
base de clientes fieles que se están convirtiendo en fans acérrimos de
la marca, ofrecen terminales de calidad con sello propio… pero con una
diferencia. Están dispuestos a dar un vuelco al mercado con su política de precios.
Y no hay más que ver su catálogo de productos para darse cuenta. Su nuevo Mi4 se va a vender en China por debajo de los 300 euros. Acaban de anunciar su propia pulsera inteligente a un precio de risa. Y ha ocurrido tres cuartas partes de lo mismo con su propia tablet y su televisión 4K.
Insistimos. Xiaomi no ha traspasado las fronteras chinas de manera
oficial. Con eso está consiguiendo que los usuarios a nivel mundial se
busquen las habichuelas para hacerse con alguno de sus productos. Son
muchos los retaliers que exportan los productos de esta marca con
precios que, aunque son algo superiores a los que Xiaomi ofrece en
China, siguen siendo tremendamente competitivos.
Paso a paso
Xiaomi no da puntadas sin hilo. Sus coqueteos con el mercado internacional le están funcionando bien. Tal es el caso del modelo internacional de su famoso Red Rice,
que en ningún momento ha vendido a través de sus canales oficiales. Lo
ha dejado todo en manos de terceras compañías que no han desaprovechado
la ocasión para poner miles y miles de estos teléfonos en manos de
usuarios en todo el mundo. En España, no son pocos los usuarios que se
juntan en los foros para realizar compras conjuntas a diferentes
exportadores y también las tiendas que importan desde China los
teléfonos para venderlos directamente aquí. Y todo sin que Xiaomi haya
movido un dedo en campañas de marketing ni en publicidad fuera de su
país.
Queda poco tiempo para que Xiaomi empiece a competir en primera
división. De momento, los cimientos para competir de tú a tú en las
grandes ligas son sólidos. Pero Xiaomi sabe que, viniendo de donde
viene, no puede irrumpir en los mercados occidentales como un elefante
en una cacharrería. Veremos cómo le sale la jugada.
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