Cada dos por tres escuchamos noticias que nos hablan de agencias de seguridad nacional
que meten sus narices en cualquier rincón que podamos imaginar: en el
móvil de un ministro, en el ordenador de una empresa, etc. El caso es
que, aunque existe un riesgo claro de que nos espíen, ¿te dejarías
controlar por una empresa para ganar dinero a cambio?
Esta es la premisa de la que están partiendo algunas empresas que han
visto un filón en el desarrollo de aplicaciones que monitorizan todo lo
que hacemos con nuestro móvil. Saben dónde hemos estado, a dónde vamos,
qué hacemos, qué buscamos en internet, qué nos gusta y, más importante
todavía, cuál es el camino que trazamos hasta que nos decidimos por
comprar un producto. El que sea.
A eso se dedica, por ejemplo, la empresa Luth, que
cuenta con una aplicación para móviles y una legión de voluntarios que, a
cambio de dejarse monitorizar, reciben todos los meses un pellizco
económico de 100$, cosa que nunca viene mal. Un plus que se ganan por el
simple hecho de utilizar su móvil todos los días con absoluta
normalidad y rellenar unas pocas encuestas.
Lógicamente, la proliferación de este tipo de negocios tiene una
finalidad y no es otra que vender esta información a las compañías que
lo deseen. Por ejemplo, el fabricante de coches Ford
pidió un estudio de este tipo a Luth para saber en qué momento del
proceso de compra de un coche debía invertir más dinero. Si en marketing
y publicidad, en los puntos de venta, etc., y el resultado les vino a
decir que, cuando un cliente pisa un concesionario la venta del vehículo
muchas veces ya está decidida. Así que la conclusión que sacaron es que
tocaba invertir más en los medios de comunicación. Lo de toda la vida.
Pero Luth no son los únicos que están viendo crecer ese mercado. Una reciente encuesta (en EE.UU.) realizada en abril por la empresa de publicidad PunchTab a 1.100 usuarios de smartphones, dio como resultado que un 27% estaba dispuesto a ‘dejarse rastrear‘ a cambio de alguna compensación, ya fuera económica o cupones de descuento,.
De todas formas, a la vez que proliferan estas empresas y los
usuarios a los que no les importa que les controlen, hay una ruidosa
oposición de los que proclaman que un derecho fundamental como el de la ‘intimidad’ es irrenunciable, aunque una persona quiera despojarse de él voluntariamente. En este punto, el fundador y CEO de Luth, Roseanne Luth, tiene
claro que su aplicación puede desinstalarse en cualquier momento (y
dejarán de recibir los 100$ todos los meses) por lo que si nos sentimos
incómodos, es posible dejar de participar rápidamente. Al fin y al cabo,
según Roseanne, “La gente está dispuesta a que la sigan, siempre y cuando sepa quien lo hace“.
Y vosotros, ¿estáis de acuerdo con sus palabras? ¿Dejaríais monitorizar vuestro móvil por un precio de 100$ al mes?
Fuente: MIT Technology Review
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