El siempre controvertido, pero muchas veces acertado, John Grubber,
ha arrojado un interesante dato sobre el problema detectado en el parón
de instalaciones de iOS 8 en los últimos tiempos, en el que no estaría
detrás un miedo a los bugs que tiene el software de Apple, sino
simplemente, porque no tienen espacio para los 4GB que ocupa la
actualización.
Si el principio de la Navaja de Ockham es acertado, John Grubber
habría dado en el clavo con su apreciación sobre el problema al que se
enfrenta Apple ante la lenta aceptación de iOS 8 entre sus usuarios. Y
es que entre dos teorías, en igualdad de condiciones, tienen las mismas
consecuencias, la teoría más simple tiene más probabilidades de ser
correcta que la compleja.
A la luz de las cifras de instalación de iOS 8, corroboradas por la propia Apple, actualmente habría el mismo 47% de usuarios
que tienen iOS 8 frente a iOS 7. Esto representa un caso insólito para
la empresa de Cupertino que siempre ha presumido de una plataforma con
una fragmentación casi nula.
Rápidamente se intentó dar explicación al hecho y se apuntó al miedo
de los usuarios a los muchos problemas que ha sufrido iOS 8 desde su
lanzamiento que van desde fallos con el WiFi, con la conexión bluetooth o
el más grave, el de iOS 8.0.1 que dejó sin posibilidad de hacer
llamadas a muchos usuarios y motivó el lanzamiento de emergencia de iOS
8.0.2 y la aceleración en el desarrollo de iOS 8.1.
Sin embargo, la respuesta que ha obtenido Grubber desde su blog
Daring Fireball es mucho más simple, y si se piensa bien, incluso más
plausible. Simplemente, los usuarios no tienen espacio para instalar la
actualización vía OTA. Hace tiempo repasamos el espacio real que queda libre en los iPhone y Android, descontando el que ocupa el sistema operativo. En él se podía ver como, aproximadamente, un iPhone de 16GB tiene, realmente, 12 GB de espacio para el resto de documentos, incluyendo los archivos que hay que descargarse para instalar una actualización de iOS.
Hay que saber que la actualización de iOS 8.0.2 ocupa cerca de 1,3 GB, pero, como se puede ver en la imagen inferior, la instalación no puede realizarse si, al menos, no se libera 7 GB de espacio en el dispositivo para llevarla a cabo.
Es probable que un usuario que lleve tiempo con su iPad o iPhone de 16
GB (no digamos de 8GB ya) tenga una buena cantidad de aplicaciones,
música y fotos que no dejen ese espacio disponible para la actualización
y ponerse a borrar contenido, y luego volver a meterlo, sea algo que
deja siempre para ese fin de semana en el que finalmente, no hay ganas
para hacerlo.
Unimos esto a los problemas de iOS 8, y aún se reduce más la
sensación de que se “debería” tener la última versión instalada para
disfrutar al 100% del dispositivo.
Fuente: Daring Fireball
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