El mundo en el que llevamos Internet en nuestro bolsillo parece que no
es tan sano ni provechoso, sobre todo para los más pequeños. El efecto
de las nuevas tecnologías, los smartphones y la posibilidad constante de
estar "online" ha sido denunciado por psicoterapeutas en Reino Unido
como la causa del aumento de patologías mentales entre los más jóvenes.
Julie Lynn Evans, psicoterapeuta con más de 25 años de experiencia ha
realizado unas declaraciones que, seguro, darán que hablar durante
semanas para The Telegraph. Y es que esta facultativa afirma que el
número de casos severos de problemas mentales entre los jóvenes está
aumentando peligrosamente. “En los 90, atendíamos uno o dos casos de
intento de suicido juvenil al año. Ahora podemos ver hasta cuatro al
mes”.
“Ha explotado el número de casos de problemas mentales entre los más
jóvenes”, afirma Evans que tiene en su haber también una carrera
importante como escritora e investigadora en la materia. Según esta
experta, los casos de depresión y anorexia son cada vez más frecuentes y, por su propia experiencia, casi siempre tienen algo que ver con Internet, los ordenadores y los smartphones.
En este sentido, Evans apunta a la aparición de nuevas formas de presión y agresión social como el cyber-bulling pero la experta destaca especialmente el efecto que tienen los smartphones
que denomina “bombas de bolsillo” y que están en manos de cerca del 80%
de los niños de secundaria en estos momentos, produciendo un cambio
radical y notorio en sus conductas desde 2010.
Estar siempre conectados no es tan bueno
La ubicuidad de Internet gracias a estos aparatos, según Evans, ha
cambiado el ritmo, la potencia y la gravedad de los problemas mentales
entre los jóvenes. La generación “smartphone”, como indica la experta,
puede acceder a Internet sin problemas, desde cualquier sitio y sin
supervisión a cualquier contenido.
La pregunta es por tanto ¿se debe limitar el acceso a los jóvenes a estos contenidos o a que tengan smartphone?
La respuesta de Evans en este sentido puede parecer curiosa al leer sus
postulados. Y es que, como en casi todo en la vida, ni prohibir ni
permitir el exceso es bueno, siempre hay que buscar el equilibro dado
que apartar a los niños de los medios que usa su generación para
relacionarse puede hacerles más daño que bien.
Vivir para estar conectados y no para relacionarse
Sin embargo, vivir “demasiado en el mundo virtual” es lo que se tiene
que evitar según la experta. Un chat o una conversación en WhatsApp
donde no se está frente a frente con otras personas puede derivar en
conductas agresivas y anti-sociales como “desear la muerte” de un amigo
que nos ha dicho algo que no nos parece bien.
Evans concluye que si bien no se puede ser anti-Internet, si que se
puede intentar paliar sus efectos negativos. “Está destrozando el
cerebro de nuestros niños. No les da tiempo para las cosas positivas de
la vida – amabilidad, aceptación, relación personal, etc-. ya para
ellos es más importante el estar conectado que el relacionarse.”
Fuente: The Telegraph
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