No cabe duda de que tanto el Samsung Galaxy S6 como el Samsung Galaxy S6 Edge han dado un salto de calidad y de diseño espectacular. Gran parte de culpa recae en la adopción del aluminio y el cristal para la fabricación de su carcasa. Sin embargo, detrás de estos materiales también hay una serie de procesos de fabricación
que han sido vitales para concebir como tal a los dos nuevos
portaestandartes de la firma. A continuación os explicamos algunos de
los detalles, secretos, tipos de materiales y tecnologías
que han sido necesarios para que las carcasas de los modelos luzcan
como tal y las pantallas adopten la forma curva que incluye el S6 Edge.
Tras el lanzamiento comercial del Samsung Galaxy S4 y la creciente oferta de smartphones fabricados íntegramente en aluminio
por entonces (véanse los HTC One y iPhone 5s), los seguidores de la
marca y no tan seguidores pedían a gritos cambios en el diseño y
construcción de los Samsung Galaxy de alta gama. A pesar de las virtudes
del plástico, los usuarios empezaron a ver el impacto visual del metal como una característica premium
que se distinguía con diferencia de las soluciones en forma de
policarbonato de los surcoreanos. Desde entonces, la compañía ha
trabajado a contrarreloj para adaptar sus fábricas y líneas de
producción con la maquinaria y la tecnología de desarrollo adecuada. Los
primeros efectos llegaron con la presentación del Samsung Galaxy Alpha, Samsung Galaxy Note 4 y posteriormente la familia de dispositivos Samsung Galaxy A.
Todos los modelos se caracterizaron por disponer de una estructura de
aluminio (perfil de la carcasa), que se fusionaba con una tapa trasera
de plástico. Sin embargo, el paso definitivo que demandaban los usuarios
ha llegado con la presentación de los Samsung Galaxy S6 y Samsung
Galaxy S6 Edge.
Sin duda, el fabricante asiático finalmente ha terminado por colmar
las expectativas de los usuarios con la llegada de los nuevos Galaxy S.
Todo ha sido producto de un cuidado diseño y la selección de materiales
premium. Sin embargo, fusionar ambos aspectos para dar forma a los
Galaxy S6 entraña ciertos conocimientos técnicos, que son los
siguientes.
Pantalla del Samsung Galaxy S6 Edge
Si hay algo que ha levantado pasiones entre los asistentes y
seguidores del Mobile World Congress ese ha sido el diseño del Samsung
Galaxy S6 Edge. Tras muchas expectativas la firma finalmente mostró al
mundo el esperado display con doble curvatura lateral. Esa es su característica más exclusiva. Para fabricar semejante panel curva ha sido necesaria una buena dosis de tecnología.
El display no entraña demasiados misterios. Se trata de la evolución del tipo de paneles Super AMOLED flexibles, denominados Youm, que Samsung Display utilizó por primera vez en el Samsung Galaxy Round. Sin embargo, el verdadero reto llega con la fabricación del cristal protector que la recubre. Y es que la capa de cristal superficial ha sido fabricada con una técnica de termoformado en 3D
que hace de la lámina protectora una capa flexible, característica de
la que carecían las capas de cristal 2.5D ya que éstas se tallaban con
un diamante, dando como resultado una lámina rígida. El procedimiento
implica el moldeado del cristal por fundición y presión
de dos moldes a 800 gramos centígrados. Dicha presión hace que el
vidrio se solidifique con una estructura atómica expandida en tres
direcciones y dé como resultado un material flexible. Posteriormente se
pule la superficie para evitar imperfecciones.
En el caso de la carcasa trasera, que como sabéis está terminada con el mismo cristal que la pantalla, esta parte está tratada con otras películas para ofrecer un mayor nivel de brillo. Y es que Samsung añade varia nano capas que son las que hacen que el color del Samsung Galaxy S6 y S6 Edge varíe ligeramente dependiendo del ángulo desde el que se mire.
El secreto del aluminio utilizado
Samsung ha tenido muy en cuenta las experiencias anteriores de otros fabricantes para que sus Galaxy S6 y Galaxy S6 Edge no sufran dobleces en su estructura metálica.
El delgado grosor de los modelos -6.8 milímetros- no será un factor que
comprometa la rigidez del teléfono y se doble. Para sortear ese
problema la multinacional se ha decantado por utilizar una aleación de aluminio más resistente que la utilizada habitualmente en la fabricación de smartphones.
En el caso del Samsung Galaxy S6 se ha optado por el aluminio 6013 en lugar del 6063. El resultado es un metal del orden de 1.5 veces más rígido y 1.2 veces más resistente a los arañazos de su superficie. De hecho, el aluminio escogido es el utilizado
en otros sectores para la fabricación de los chasis de los coches, el
fuselaje de los aviones, el casco de los yates o el cuadro de bicicletas
de alta gama.
Además de la elección del material adecuado y de calidad, también es
importante su tratamiento. Para dar forma a la estructura y carcasa
Samsung ha requerido hasta 20 pasos distintos para aplicar al metal la textura y forma deseada.
Así ha sido necesario utilizar técnicas de corte de precisión con
diamante, además de los procesos de pulido y anodizado para evitar
fisuras en el metal que pudiesen comprometer la durabilidad del equipo.
La introducción de la antena ha sido otro de los procesos de
fabricación delicados. El fabricante ha optado por fusionarla en el
marco metálico de la carcasa. Según los ingenieros de la firma, así se
gana espacio interno para otros componentes y además se mejora la
cobertura del terminal. Sin embargo, para integrarla ha sido preciso
utilizar un tipo de soldadura por ultrasonidos con el fin de que ésta no
sufra desperfectos con los golpes.
Fuente: Samsung Tomorrow
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