Lejos de cualquier tipo de acuerdo comercial, los que más titulares han recopilado han sido con las licencias de Google y Microsoft, impidiendo al gigante chino poder usar Windows en sus ordenadores, así Android y los servicios móviles de Google.
Cuando Google «privatizó» Android y Huawei ha tenido la oportunidad de liberarlo
¿Qué significa que sea libre? no solo que cualquiera tuviese al código con el que se puede crear el sistema, sino que además pueda tomarlo, mejorarlo, utilizarlo y compartirlo. Esa libertad ha estado presente desde sus inicios, pero parece que en los últimos años esa sensación de libertad ha ido perdiendo sentido.
Sí, cualquier fabricante puede seguir creando sus versiones alternativas, y los usuarios tenemos la libertad de coger el código y crear nuestras propias ROMs. Pero al final todo esto no importa nada…
…porque toda la evolución de Android está supeditada a Google y los GMS.
GMS son las siglas de Google Mobile Services, que son todas las aplicaciones y servicios de Google. Todos esos servicios están separados de Android, no son libres y para que un fabricante los adopte requieren pasar por una licencia de Google.
Google ha ligado muchas de las innovaciones de Android a sus propios servicios, en lo que comúnmente conocemos como Google Play Services. Es otro añadido que da muchas capacidades a los desarrolladores de aplicaciones, pero que hacen que sus apps terminen estando ancladas al propio ecosistema de Google.
Esto no ha ocurrido de un día para otro por sorpresa, sino que ha sido una mejora progresiva de Google y sus servicios durante más de una década. Una privatización del sistema que hemos aceptado por pura conveniencia. Porque no podemos negar que cada una de las aplicaciones de Google es de una calidad extraordinaria.
Huawei pierde acceso a los GMS y su respuesta es un sucedáneo
Si existe un punto que haya que halagar de Huawei en toda la polémica ha sido su gran capacidad de reacción. Desde el momento que fue vetada puso todos los esfuerzos posibles en tranquilizar a sus clientes, aclarando sus preocupaciones (las principales, que pudiesen seguir accediendo a los GMS y recibiendo actualizaciones). Pero en toda esta reacción también hemos visto a una Huawei obsesionada en demostrar poderío.La compañía no ha parado de soltar detalles sobre Harmony OS (su propia alternativa a Android), un sistema muy prometedor que según el día que le diese a Huawei estaba listo para reemplazar a Android o no estaba para nada preparado. Harmony es un proyecto ambicioso, aunque de momento sigue sin ser palpable.
No solo se han empeñado en mostrar que tienen un sistema, sino también una alternativa a los Google Mobile Services. Esta alternativa la conocimos a fondo en septiembre como Huawei Mobile Services (HMS), y se trata de un paquete completo de servicios que tratan de reemplazar la ausencia de Google. Vamos, ser un sucedáneo que sea «casi igual». Pepsi a la Coca Cola, Nesquik al Cola Cao.
Las mejores propuestas no vienen impuestas, sino acogidas
No queremos desacreditar, ni mucho menos, el gran trabajo que debe de estar haciendo Huawei creando sus propios servicios móviles, metiéndose en una guerra directa contra Google. Y según recogen en el Economic Times, estos servicios estarán operativos en la India antes de que termine diciembre.«Tenemos nuestros propios HMS y estamos intentando construir un ecosistema móvil. La mayoría de aplicaciones como navegación, pagos, videojuegos y mensajería estarán listas para final de diciembre.» Respecto a los servicios de Google añadió que «Los consumidores no verán una diferencia entre GMS y HMS, nos estamos enfocando en trabajar con los desarrolladores para ofrecer una buena experiencia de uso. Es un desafío que estamos intentando dirigir.»
Linux
y Android han logrado la máxima dominancia en sus respectivos campos
por su naturaleza abierta. Huawei podría lograr lo mismo con unos
servicios que terminen siendo un estándar.
En esta batalla en la que Huawei se ha visto obligada a luchar
creemos que la decisión de crear un clon de los servicios móviles de
Google ha sido la pérdida de una oportunidad para liberar la parte más privada de Android, como son los servicios de Google.Si miramos al pasado, empresas como Microsoft con MS-DOS (y más tarde con Windows) y Google con Android no consiguieron su éxito a base de fuerza bruta, como Huawei esta intentando lograr. No es una batalla técnica, sino una batalla de confianza.
Huawei no se encuentra en una batalla técnica, sino de confianza. Y crear un estándar abierto de servicios móviles podría ser lo que necesita.Huawei, más que nunca, necesita reforzar su propia imagen, y crearse sus propias alternativas privadas cuando la compañía ha sido acusada de espionaje (sin importar si la acusación sea cierta o no) si sospechas de una compañía, que cree su propio ecosistema privativo no hará más que hacer que estés totalmente convencido de tus sospechas.
A
nadie le importa el Huawei Mate 30 Pro sin los servicios de Google, y
con el sucedáneo de Huawei a nadie le seguirá importando el que podía
haber sido el mejor móvil de 2019.
Huawei tenía la oportunidad de plantar cara a Google
en su campo de juego, creando un estándar abierto de servicios móviles,
permitiendo colaborar a cualquier tienda, servicio de mapas o pagos
trabajar de forma común. Tenían la oportunidad de unir a pequeñas
empresas en una alianza que si pudiese plantar cara, y no aspirar a ser
una copia que nadie quiera usar.Porque Huawei no necesita controlar el negocio de los servicios móviles, sólo que exista un campo de juego en el que poder trabajar sin miedo a las decisiones del presidente de turno.
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