El
Samsung Galaxy S6 Edge es un teléfono que fue
presentado en el Mobile World Congress de este año y, desde el mismo
momento en el que se pudo ver con su pantalla curva, ha llamado la
atención. Con él, la compañía coreana ha dado un paso adelante muy
importante en muchos apartados, pero uno de los que más ha cambiado es
el que corresponde al diseño ya que convierte a este modelo en un
producto totalmente diferente y que marca un antes y un después en el
mercado.
Por lo tanto, ahora ya no se puede decir de los modelos de gama alta
de Samsung que no tienen acabados Premium o que no son lo
suficientemente atractivos para competir con dispositivos como los
iPhone de Apple o los One de HTC. Es más, gracias a detalles como la
comentada pantalla curva, la inclusión de
una carcasa de metal
o un recubrimiento de cristal tanto en la parte delantera como en la
trasera. Por lo tanto el resto son ahora los que tienen que compararse
con este Samsung Galaxy S6 Edge.
Pero no sólo hay avances en lo referente al diseño en este
dispositivo. También el hardware da un paso muy importante para
conseguir que este sea diferencial al resto de los modelos. Un ejemplo
de lo que decimos es el procesador, donde después de dos generaciones se
vuelve a utilizar un
modelo de fabricación propia Exynos,
o la inclusión de un panel SuperAMOLED con una resolución QHD que
muestra que el camino emprendido con el Galaxy Note 4 fue sólo el
comienzo.
Con lo dicho hasta ahora y lo que comentaremos a continuación, en un
análisis que es incremental en el que iremos añadiendo novedades según
vayamos explorando todas las posibilidades del Samsung Galaxy S6 Edge,
vamos a comentar lo que ofrece uno de los teléfonos que más expectación
han creado desde hace mucho tiempo y que supone un
punto de inflexión para el fabricante.
Diseño y usabilidad
La verdad es que el Samsung Galaxy S6 Edge es bonito, muy bonito.
Cuando se ve llama la atención por varios detalles, entre los que
destacan su
pantalla curva en ambos laterales (algo que
no se ha visto hasta la fecha) y, también, tanto el acabado metálico
brillante -donde los colores claros a buen seguro que le hacen más
justicia que el modelo que hemos probado- como en unas líneas
redondeadas que le hacen muy atractivo ya que la sensación de estar ante
un teléfono de una pieza perfectamente acabado e integrado es evidente.
Siendo sinceros, hay que decir que este modelo
se puede considerar como aspiracional
y que es de esos que cuando lo ves en manos de un amigo o conocido,
tienes unas ganas irresistibles por un lado de probarlo y, por otra, de
hacerte con uno. En este apartado, hay que decir que Samsung ha acertado
de pleno con el diseño del Samsung Galaxy S6 Edge ya que aúna novedades
diferenciales con unos rasgos que no olvidan del todo lo que hasta la
fecha ha sido habitual en sus terminales de gama alta (un ejemplo son
los controles táctiles en la parte baja del frontal).
Yendo al detalle, hay que decir que incluso hay cuestiones
diferenciales en los botones hardware respecto a lo que hasta ahora han
sido habituales en sus teléfonos. Sin ir más lejos, los de control de
volumen están situados en la parte izquierda y
están partidos siendo muy cómodos de utilizar pese
a sus reducidas dimensiones y que están bien situados (lo que permite
utilizarlos con una mano sin problemas ni equivocaciones). El de
encendido está en la derecha, y solo, por lo que no hay problema alguno
en lo referente a su uso y muestra la misma firmeza que los otros.
Tampoco falta el habitual Home centrado, que incluye el lector de
huellas y que tiene una forma oval alargada.
En la parte superior del Samsung Galaxy S6 Edge está el emisor de
infrarrojos, que permite dar uso a aplicaciones como Peel -incluida en
el teléfono-, y la
ranura para la tarjeta nanoSIM, que
está perfectamente integrada en el marco metálico y que necesita de una
herramienta puntiaguda para sacarla (algo que ya es algo bastante
habitual). La razón de esta localización es debida a la pantalla
curvada, que no permite ubicarla en un lateral, pero no desentona ni
ofrece una mala manipulación.
El resto de conexiones está en la parte baja, que son la microUSB de
recarga y, también, la propia de los auriculares. Por cierto, aquí se
encuentra
el altavoz del Samsung Galaxy S6 Edge, que
sólo tiene uno. Es más potente que el del Galaxy S5 sin duda alguna, y
los graves suenan mucho mejor, pero no compite con otros modelos del
mercado como el HTC One M9 con su tecnología BoomSound. Cumple bien, y
las perforaciones tras las que se esconde se adaptan perfectamente al
diseño y al acabado curvado de todo el lateral del teléfono.
La parte posterior del Samsung Galaxy S6 Edge tiene una
acabado de cristal
que la hace llamativa y que, al contrario de otros modelos que ofrecen
una opción similar, hay que decir que las huellas quedan menos marcadas
(aunque sí es cierto que de vez en cuando hay que limpiarla). Aquí vimos
un acabado muy plano, quizá en exceso (lo que hace que el agarre se
resienta un poco, pero no es algo especialmente importante) y aquí sólo
hay dos componentes que “rompen” lo que hemos dicho: la cámara trasera,
que es bastante prominente, y el espacio reservado para el flash y el
sensor de ritmo cardíaco.
Hay que indicar que el Samsung Galaxy S6 Edge
no permite el uso de tarjetas microSD,
lo que supone un cambio en la forma de actuar de la compañía coreana
(tampoco la carcasa trasera es extraíble, por lo que no hay acceso a la
batería).
En lo referente a las dimensiones y el peso, hay que decir que este
modelo está en los parámetros que se esperan de un terminal de gama
alta. Un ejemplo es que el grosor es de 7 milímetros y, el peso, de
132 gramos.
Lo cierto es que está muy bien para ser el primer modelo con el diseño
que ofrece el Samsung Galaxy S6 Edge, y no desentona respecto a otros
que son competencia directa.
Pantalla
Este componente sigue la línea que se comenzó con el Galaxy Note 4,
que no es otra que la de ofrecer una calidad excelente. Las dimensiones
de la integrada en el Samsung Galaxy S6 Edge son de 5,1 pulgadas y el
panel SuperAMOLED tiene una resolución de 2.560 x 1.440. Esto da como
resultado una densidad de píxeles muy elevada que llega a los
577 ppp. De lo mejor en la actualidad y con protección Gorilla Glass 4 (en todo el terminal).
Los colores que se ven en la pantalla son realmente
vivos y realistas
(los negros, son espectaculares debido al tipo de panel utilizado). El
brillo es muy potente y, lo cierto, es que la visualización del panel es
fantástica gracias a su
gran definición, ya sea a la
hora de ver una película como al leer textos (incluso con fuentes muy
pequeñas). En cuanto a los ángulos de visión, estos son muy buenos, pero
no llegan el nivel de los que ofrecen las pantallas IPS, pero
ciertamente se ha mejorado en este apartado bastante.
La inclusión de la curvatura en los dos laterales del panel no hace
que la calidad de imagen se resienta ni, tampoco, la manipulación de
este componente. Además, se incluyen
opciones adicionales
al uso que se le da al dispositivo añadiendo usabilidad. Un ejemplo de
lo que decimos es que la posibilidad de utilizarla para ver cierta
información cuando el dispositivo está en reposo (un reloj al pulsar el
lateral por ejemplo) o
People Edge, que lanza una
cortinilla accesible arrastrando que acaba mostrando hasta cinco
contactos -identificados por colores- para un mejor acceso y también
optimizar la gestión de correos o llamadas (opciones como WhatsApp o
Facebook, por ahora, no están contempladas).
Hardware y rendimiento
En el hardware también hay novedades. La más importante es que se ha
dejado a un lado el uso de procesadores de Qualcomm y se ha utilizado
uno de fabricación propia:
el Exynos 7420 compatible con arquitectura de 64 bits
-tecnología de fabricación de 14 nanómetros-. Este es un Son de ocho
núcleos (cuatro Cortex-A53 a 1,5 GHz y otros tantos Cortex-A57 a 2,1
GHz) que sobre el papel permite disfrutar de un rendimiento sin fisuras,
incluso con los juegos (esto se debe a su GPU Mali-T760MP8).
Aparte, hay que decir que Samsung ha potenciado el Samsung Galaxy S6 Edge con una cantidad de RAM que alcanza los
3 GB,
por lo que en este momento no tiene absolutamente nada que envidiar a
cualquier modelo del mercado, Galaxy Note 4 incluido. El caso, es que su
funcionamiento es realmente impresionante, con una ejecución de
aplicaciones (incluso en condiciones de multitarea) espectacular y que
supera a cualquier modelo que hemos analizado hasta la fecha, superando
de esta forma al HTC One M9 que ostentaba este título hasta ahora.
Las sensaciones al usar el Samsung Galaxy S6 Edge es que estamos ante
un teléfono que va “sobrado” a la hora de ejecutar todo tipo de
desarrollos, incluso la edición de imágenes es excelente. Nos llamó la
atención que con juegos como por ejemplo Riptide 2 el funcionamiento es
espectacular y que el teléfono
no se calienta en exceso (aunque se insista en exprimirlo durante mucho tiempo) si se compara con otros teléfonos con carcasa de aluminio.
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En lo referente a la conectividad, no le falta de nada al Samsung
Galaxy S6 Edge, ya que incluye WiFi (802.11 ac), NFC, Bluetooth 4.1
(LE), infrarrojos, acceso a redes LTE y compatibilidad con MHL. En
cuanto al almacenamiento,
el mínimo interno es de 32 GB, llegado hasta los 128 si así se desea
(con el consecuente aumento de precio). En cuanto a las opciones de
ampliar esta, la posibilidad de utilizar tarjetas microSD no está
contemplada.
La autonomía que ofrece el Samsung Galaxy S6 Edge es correcta, sin
más. Hay que decir que la batería que se incluye en el terminal es de
sólo
2.600 mAh, por lo que su carga es inferior a la
que ofrecía en su momento el Galaxy S5 (2.800) o la del HTC One M9
(2.840). Además, el nuevo modelo de Samsung integra una pantalla de
calidad 2K, de mayor resolución que la de los otros dispositivos (que
tiene una Full HD). Esto deja gran parte del peso del buen
comportamiento aquí al procesador Exynos. Por el momento, ya que iremos
actualizando los resultados de estas pruebas, hay que decir que
conseguir algo más de un día de uso es algo viable incluso si se es un
usuario intensivo -hablamos de recepción de correos, llamadas y
mensajes, no de jugar de forma continuada-. Cumple, pero hemos probado
modelos que ofrecen mejores resultados aquí.
Por el momento, en las pruebas que hemos hecho al utilizar el
dispositivo de forma intensiva con juegos o películas y, por lo tanto,
con la
pantalla encendida de forma constante,
conseguimos unos tiempos de uso que se sitúan en unas cinco horas (más
si el trabajo que se realiza no es tan exigentes, como por ejemplo
navegar por Internet).No está mal, pero como hemos dicho no es
especialmente destacable.
Es decir, que se nota la reducción de la carga de la batería -que no
se puede cambiar- y pese a que el SoC demuestra una solvencia
interesante en la gestión de la energía, la resolución de la pantalla se
deja notar. Eso sí, con opciones como los modos de
Ahorro de energía
(en especial el denominado Ultra), conseguir incluso los dos días de
uso no es para nada una utopía, aunque se pierde capacidad y el Samsung
Galaxy S6 Edge no “vuela” tanto. Por cierto, que este teléfono se
beneficia de una opción de
carga rápida que permite utilizar el terminal hasta cuatro horas con sólo suministrar energía 10 minutos. Y, por cierto, esto funciona.
Cámara
Sin temor a equivocarnos, hay que decir que la cámara que se incluye
en el Samsung Galaxy S6 Edge, es la mejor que hemos visto en un modelo
de Samsung y, seguramente, no tiene rival en la actualidad. La principal
es un modelo con sensor de 16 megapíxeles (f/1.9) que incluye
estabilización óptica y, la delantera, tiene un componente de 5 Mpx (f/1.9) que para nada desentona.
Los resultados que obtuvimos a la hora de hacer fotos han sido
excelentes,
bastante impresionantes. Al utilizar el dispositivo en condiciones de
luz hay que decir que los detalles que se muestran son realmente altos y
que la gestión de los colores es muy realista (apenas notamos
saturación ni que se muestren “apastelados”). Además, con el uso del
zoom, los detalles siguen siendo bastante buenos.
Cuando las condiciones lumínicas no son tan buenas, sin llegar a la
oscuridad, hay que decir que la calidad se mantiene muy elevada, de lo
mejor que hemos visto hasta la fecha sin ninguna duda.
La gestión de la luz es muy buena
y los colores bien representados (quizá algo quemados por poner algún
pequeño “pero”). Además, la estabilización óptica se agradece y funciona
perfectamente, lo que se añade a una gran rapidez a la hora de realizar
tomas.
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Los vídeos que se pueden grabar llegan a calidad 2K (30 fps) y, en lo
referente a los cuadros por segundo, a 720p alcanza los 120 fps, lo que
no está nada mal. Aquí el autoenfoque se muestra rápido y eficiente,
por lo que en general los resultados que se consiguen con el Samsung
Galaxy S6 Edge son excelentes. Es muy evidente la
aplicación efectiva y con buenos resultados de la estabilización de imagen.
No debemos dejar de comentar que la
aplicación Cámara
ha mejorado. Su respuesta ahora es más rápida, y ofrece un acceso a los
Modos muy sencillo mediante el uso de acceso directo donde hay opciones
como Enfoque selectivo o Cámara rápida (es posible descargar más).
Además, existe el denominado Modo Pro, donde se pueden modificar
detalles puntuales como el ISO o el Balance de blancos de forma sencilla
y que es un paso importante en este apartado de Samsung.
Software y TouchWiz
El sistema operativo que integra el Samsung Galaxy S6 Edge es
Android Lollipop (5.0.2)
es con el que hicimos las pruebas). Como es habitual se integra una
capa por encima TouchWiz, que ha evolucionado, y mucho, respecto a las
anteriores versiones -que ya había mejorado en el Note 4, por ejemplo-.
La verdad es que la rapidez con la que se ejecuta la interfaz de usuario es muy superior a lo que hemos visto hasta la fecha, y
el retardo en la apertura de aplicaciones ha desaparecido casi por completo.
Es decir, es extremadamente ágil y su respuesta es excelente. Aparte,
el espacio que ocupa instalado es menor ya que se queda en los 8 GB (el
Nexus 6, por ejemplo, alcanza los 6,7 GB con la versión “pura” del
sistema operativo de Google). Por lo tanto, un buen avance que incluso
incluye la
gestión de Temas para cambiar el aspecto del dispositivo.
Aparte,
se han mejorado procesos a la hora de
ejecutar opciones, como por ejemplo la gestión de las aplicaciones, que
ahora es mucho más sencilla. De esta forma, TouchWiz avanza de forma
significativa y ya apenas tiene que envidiar al Sense de HTC.
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Por cierto, la integración de
lector de huellas en
el botón Home ha mejorado mucho. Ahora su uso es mucho más sencillo ya
que simplemente hay que pulsar sobre él para que se ejecute (de una
forma similar a como se hace en el iPhone 6). Así, se ha perdido el
“swipe” del Galaxy S5 lo que es todo un acierto y ahora hay que decir
que se está ante una funcionalidad que responde con gran rapidez y muy
efectiva.
Además, también se integra
Samsung Pay (que se puede
combinar con este el elemento antes mencionado y que está certificado
con VISA y MasterCard). Su funcionamiento es realmente sencillo y es
capaz de trabajar con NFC y tecnología LoopPay -Magnetic Secure
Transmision, lo que amplía su compatibilidad con terminales de pago
hasta un 90%, incluso con modelos antiguos-. Sin duda, parece que aquí
toma la delantera Samsung a Apple.
Conclusión
Sin duda, este es el mejor teléfono que hemos probado hasta la fecha,
tanto de Samsung como de otro fabricante. Es rápido, ágil y completo.
Ofrece un diseño espectacular gracias al uso del metal y a su pantalla
curva, que además tiene
una calidad incuestionable y se
ve perfectamente. Tampoco hay que olvidar que la mejora en el apartado
de la cámara es tan evidente que las fotos que se hacen con el Samsung
Galaxy S6 Edge son de lo mejor que hemos visto.
Cierto es que hay algunos detalles mejorables, como por ejemplo el no disponer de ranura microSD o que el terminal
no ofrezca protección frente al agua y polvo,
pero son peajes a pagar en esta primera generación de terminales de
gama alta que han supuesto un punto de inflexión para la compañía y que
colocan al Samsung Galaxy S6 Edge como
el mejor teléfono que hay en la actualidad. Sin duda, la compañía coreana ha sabido evolucionar en esta ocasión, y de que manera.
Un apunte final es el precio que tiene el Samsung Galaxy S6 Edge, que
va desde los 849 euros el modelo de 32 GB hasta los 1.049 € el que
ofrece un almacenamiento de 128 GB. Ciertamente
no hablamos de un teléfono que sea económico,
ya que incluso es más caro que el modelo tradicional, pero hay que
tener en cuenta que el coste de fabricar la pantalla curva y componentes
de calidad como la carcasa de metal y el procesador Exynos están ahí.
Y, por lo tanto, de alguna forma hay que pagarlos.
A favor:
- Diseño espectacular
- Pantalla con gran definición
- Cámara principal de muy buena calidad
- TouchWiz funciona muy bien
- Rendimiento fantástico
En contra:
- No permite el uso de tarjetas microSD
- Pierde la resistencia frente al agua y polvo
Fotos del producto: