Es el material de moda a la hora de hablar de teléfonos móviles. 
Llevamos meses hablando de la pantalla de zafiro del próximo iPhone 6. 
El resto de compañías están empezando a subirse al carro de un material 
que hasta hace poco era imposible fabricarlo de una manera barata que lo
 hiciera viable para el gran público. Sigue leyendo para conocer los 
secretos de este material y los problemas que han tenido que superarse 
para su fabricación en masa.
El zafiro es uno de los elementos naturales más duros que podemos 
encontrar en el planeta. Si obviamos al diamante, que por su escasez es 
un material que no puede tenerse en cuenta para nada que tenga que 
fabricarse en masa, el zafiro ha sido el elegido para ser el protagonista de las próximas pantallas de los teléfonos móviles con el iPhone 6 como terminal de referencia. Aunque, a tenor de las últimas noticias, no será el único.
Una de las ventajas del zafiro es que puede sintetizarse de manera 
artificial en forma de óxido de aluminio cristalino. Se trata de un 
material que ya se ha usado con anterioridad a nivel industrial, pero su
 excesivo coste de fabricación lo hacía inviable para su producción en 
masa.
La clave: zafiro artificial en cantidades industriales
Por razones obvias, el zafiro que utilizarán las pantallas de los 
teléfonos móviles no será natural. Para fabricarlo de manera artificial 
se funde óxido de aluminio en un horno especialmente diseñado dejándolo 
enfriar después hasta que forme un cristal de grandes dimensiones. 
especializado y después se deja enfriar lentamente para formar un 
cristal de gran tamaño.
Para que el cristal de zafiro pueda utilizarse en pantallas de 
teléfonos móviles y demás dispositivos debe conseguirse en forma de láminas de apenas unos micrómetros de espesor.
 Hasta ahora la manera de fabricarlo era cortar este bloque de cristal 
de este material en finas obleas que después tenían que ser pulidas para
 conseguir el espesor requerido. Este proceso desperdiciaba grandes 
cantidades del costoso material lo que lo hacía inviable económicamente.
GT Advanced Technologies
 ha sido la compañía encargada de abaratar el coste de estas obleas de 
zafiro. La empresa se ha especializado en este material y ha creado en 
su fábrica situada en Massachusetts una máquina capaz de disparar iones de hidrógeno a una lámina de zafiro
 que permiten que se desprenda una capa de este material de sólo 26 
micrómetros de espesor (la mitad que un cabello humano) sin apenas 
pérdida de material. Se trata de un proceso complicado que ha tardado 
años en pulirse, ya que si no se realiza de manera correcta no 
permitiría mantener las valiosas propiedades de flexibilidad y dureza de
 este material. El siguiente paso que se ha dado ha sido automatizar esta operación para
 poder crear las láminas de zafiro a un ritmo rápido, un proceso que les
 ha llevado prácticamente un año de valioso tiempo. De hecho, la 
compañía ha anunciado recientemente que está ampliando las instalaciones
 de sus instalaciones en Mesa, Arizona, para poder incrementar el 
volumen de producción de sus equipos de fabricación de zafiro.