La unión o la compra de Microsoft por parte de Nokia no ha dado sus
frutos. Solo Italia y Reino Unido han sido los países que han aceptado
de una manera digamos digna los mal llamados móviles de Nokia, ya que
recordemos que Microsoft ha aniquilado esa firma en favor de su propio
nombre. Ni si quiera en Estados Unidos han sonreído las ventas, donde se
suponía que el sentimiento patrio podría hacer que los móviles de
Microsoft calasen en el mercado.
En Europa, con España incluida, no pasan de cuotas de mercado en los
mejores momentos de un 4%. Y todo ello sin olvidar que los operadores de
primer nivel han apostado y mucho por ellos en 2014, pero no hay
manera. En España la firma de Luis Peixe, Nokia en este caso, que es
como computa todavía en los informes de mercado, ha estado en un 2,5% de
media, siendo incluso menor en los últimos reportes de mercado, donde
obtiene valores del 1% en cuanto a venta de unidades. Dato preocupante
habida cuenta de que hablamos de la mejor época comercial del año. Ni
que decir tiene que además ninguno de los modelos de Nokia aparecen
nunca entre los 20 más vendidos, un ránking que se considera casi vital
para ser alguien en el mercado. Si analizamos las cuotas de valor los
resultados son aún peores, ya que alguna vez han rozado ese 3% de cuota,
pero el resto del año han estado claramente en valores de 1 ó 2 por
ciento. Resumiendo los números dicen que los Nokia se venden muy pero
que muy poco y que encima dejan poco dinero a las tiendas y operadores. Y
todo ello sin olvidar que la receta de la firma desde el lanzamiento de
los modelos Lumia, ha sido por encima de todo, ser competitiva en
precio, por lo que si los Lumia hubieran estado al mismo precio que sus
rivales el resultados habría sido todavía peores.
Matar una marca
Las causan de esta situación no solo son varias, sino que han sido
advertidas por todos los actores del mercado desde el inicio de esta
cruzada. Para empezar es un completo atropello a los principios del
marketing comprar una marca como Nokia para aniquilarla en favor de
Microsoft, que ni de lejos ha tenido nunca una buena imagen en el mundo
de los móviles. Además, en este caso ya Microsoft, ha basado su diseño y
gama de producto en una línea hipercontinuista desde el punto del
diseño. Todas las firmas lo hacen, pero desde luego que Nokia aquí se
lleva la palma. Por no hablar que en todo el 2014 la firma no ha
renovado su modelo tope de gama, el 1020, mientras que todos los rivales
de Android, así como Apple, sí han hecho lo propio. La guinda es que
ellos y solo ellos venden este sistema operativo, por lo que el usuario
tiene una sola marca donde elegir, como decíamos con un diseño muy
característico.
Las apps llegan tarde
Si hablamos de software es una realidad patente que el sistema
operativo dispone de un diseño demasiado transgresor para lo que ofrece
la competencia, además de tener un problema con el tema de las
aplicaciones, ya que guste o no, todo lo nuevo que sale, prioriza por un
lado en lanzamiento de Android e iOS. Por si fuera poco el desarrollo
de las apps de Windows tienes costes que para nada se parecen a los de
la competencia. Si a eso unimos que su parque de móviles es
infinitamente menor el resultado es que los usuarios de estos móviles
tardan o sencillamente se quedan sin las principales aplicaciones que
salen al mercado. En el mundo de los desarrolladores como decíamos
Android e iOS son el camino y a seguir y solo los desarrolladores
potentes intentan dar el salto a una plataforma más cara en el
desarrollo y con un número de posible clientes menor.
Podemos decir para terminar que solo la fuerza que Microsoft tiene en
el mundo empresarial le ha permitido colocar más unidades de las que
realmente el mercado habría comprado. Algo que pasó también en los
últimos tiempos de la que podemos considerar extinguida BlackBerry.
Volviendo al sistema operativo de Windows decir que va como anillo al
dedo al entorno empresarial, donde la continuidad para con los sistemas
de ordenador es incuestionable. Aún así los usuarios prefieren los
iPhone y Android para las tareas diarias, donde la navegación web y el
correo electrónico son también pan comido para ambos sistemas. Una
situación triste para la que fuera la firma de móviles con más brillo
del planeta, ahora en manos de Microsoft que una vez más demuestra que
los móviles no es lo suyo.
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