La duda que muchos usuarios se hacen al comprar un móvil es el tiempo que podrá aguantar con el mismo para sacar provecho de la inversión. Esta duda es una de las más complejas de responder, dado que no podemos basarnos en un único aspecto del smartphone y tenemos que tener todo en cuenta para averiguar la duración de un móvil Android sin necesidad de cambiarlo.
En muchos casos el cambio se produce antes de que al smartphone le ocurra algo, aunque eso no nos representa realmente el tiempo que puede estar con nosotros el móvil. Para conocerlo, vamos a explicar punto por punto cuanto puede llegar a aguantar cada uno de sus componentes principales y por supuesto vamos a valorar el software.
Qué es importante
Hay una serie de puntos relevantes a la hora de distinguir cuánto tiempo puede aguantar un teléfono Android en la actualidad. No obstante, los factores más determinantes en todo momento serán las actualizaciones que reciba el smartphone, así como las conexiones que tenga el dispositivo.
Las actualizaciones son claves
Debemos tener muy en cuenta el software de un dispositivo para saber cuánto tiempo nos durará, dado que si compramos un móvil que lleva ya un tiempo en el mercado, se quedará antes desfasado y sin protección. Cada marca ofrece un tiempo de actualizaciones de seguridad y cuanto mayor sea ese periodo, más podremos extender el uso del dispositivo que actualmente llega a más de cuatro años en el mejor de los casos.
La conectividad del móvil
Actualmente, lo estamos viviendo en nuestras pieles, pues, por ejemplo, la tecnología 5G ha hecho que algunos móviles se queden anticuados antes de lo que les tocaba, o antes de lo que muchos se hubieran podido imaginar.
Por ese motivo, siempre es mejor opción que sobren opciones como esta tecnología antes de que falten. Más que nada, porque con el paso del tiempo puede que lo necesitemos sí o sí casi de manera obligatoria.
Lo mismo ha ocurrido con el NFC, por lo que tendremos que seguir atentos a ver qué nuevos tipos de conexiones hacen envejecer a los dispositivos móviles. Pues aquí no hay un tiempo establecido, pero sí una necesidad que nos puede obligar a cambiar el móvil muy pronto.
Es por esto mismo por lo que deberemos prestar atención a las diferentes conexiones que se van añadiendo a los smartphones. Por lo tanto, cuántas más, mejor para nosotros. De esta manera, nos aseguraremos que nos pueda servir durante más tiempo.
Qué falla antes
No solo nos encontraremos con que la vida útil de diferentes elementos es más corta de lo que pensábamos o nos dicen desde la propia marca de nuestro teléfono. Lo cierto es que, otros elementos como la memoria, son unos de los principales problemas a los que deberemos enfrentarnos. Por tanto, estos son los puntos que nos darán problemas antes de lo que nos imaginábamos.
El problema con la memoria
Entre los componentes del hardware que más debemos tener en cuenta aparece la memoria, la cual determinará de una forma directa si nuestro móvil sigue teniendo la capacidad de hacer fotos, descargar más apps o incluso de actualizarse.
Por ello, siempre se recomienda una opción con mayor memoria para que, entre otras cosas, el móvil pueda aprovecharse durante más tiempo. O, en su defecto, un smartphone que cuenten con el hardware necesario para insertar tarjetas de memoria microSD.
Esto se debe a que el sistema cada vez ocupa más espacio, tenemos más aplicaciones y estar borrando fotos continuamente no es la solución. Si compramos un móvil de 256 GB, que es una de las opciones más completas, no tendremos problemas de memoria en la mayoría de casos hasta pasados 4 años, aunque dependerá de cada usuario y el uso que dé al smartphone.
Por ello, si contamos con un móvil en el que se puede ampliar su memoria interna, mucho mejor. Lo mismo sucede con la RAM, ya que las funcionalidades y apps de los terminales cada vez exigen más de un móvil. Para nuestra suerte, ya se van expandiendo tecnologías virtuales con las que expandir este almacenamiento aleatorio de los terminales. Pero, en todo caso, la mejor opción será siempre hacernos con un smartphone con una buena cantidad de RAM para que el día de mañana no nos haga falta aumentarla virtualmente.
El desgaste de la batería cuenta
Llegamos a uno de los puntos calientes, pues la batería es uno de elementos que más rápido suele morir o verse afectado, dado que tiene que soportar cargas y descargas a diario.
Este elemento interno, sin embargo, dependerá mucho del uso que hagamos los usuarios de nuestro dispositivo móvil, pudiendo variar su duración desde tan solo un año, en los casos en los que dejamos que la batería se agote por completo, llegando incluso hasta los 4 años con una buena salud, si tratamos la batería con cuidado.
No obstante, para nuestra suerte es uno de los componentes que menos nos costará reemplazar el día de mañana. Es decir, no tendrá el mismo precio como el de una pantalla, un sensor interno, etc. Por lo tanto, si en un futuro se estropea o es hora de reemplazarla, siempre tendremos la opción de cambiar la batería del teléfono.
¿Qué envejece mejor?
Mientras que las anteriores partes del dispositivo de una forma u otra ven pasar el tiempo de forma directa, nos encontramos con otros como por ejemplo, la pantalla o las cámaras que no se ven tan afectadas por el paso de los años.
En el caso de los paneles de los terminales, está claro que una pantalla cuidada no quedará anticuada hasta pasados muchos años. Aunque vayan aumentando las resoluciones, o las tasas de actualización, si hemos cuidado bien el panel del móvil no hará falta nunca reemplazarlo.
Lo mismo sucede en el caso de las cámaras de los teléfonos, aunque es cierto que habrá nuevos móviles con mejores tecnologías y más posibilidades. El cuerpo del móvil también resistirá todo lo bien que lo tratemos, aunque usando una funda o carcasa será difícil que le pase algo.
Entonces… ¿Cuánto dura?
Fijándonos en los móviles de hoy en día, y teniendo en cuenta todas las tecnologías que hemos mencionado, podemos encontrarnos con un terminal que no dura más de dos años si lo compramos sin NFC o sin 5G.
No obstante, si tenemos en cuenta que también dependerá de cada usuario y el uso que haga del smartphone, lo cierto es que el móvil puede durar una media de cuatro años sin problema alguno.
Sin embargo, hay que tener claro desde un principio que, en este tiempo, dejará de recibir actualizaciones al final de su vida. Perdiendo también capacidades en la batería y las fotos no serán las mejores del mundo, pero seguirá siendo un móvil digno en todo caso, que cumplirá con las necesidades básicas.