Sin lugar a dudas una de las noticias de la semana. Desde hace ya un 
tiempo lleva hablándose del peligro de la neutralidad de la red y de sus
 consecuencias. Hoy hemos dado un paso hacia atrás en la neutralidad de 
red, y es que en Estados Unidos han decidido eliminarla por completo. Te
 contamos todos los detalles.
Estados Unidos ya ha votado. Adiós a la neutralidad de red
Parecía que hoy no sucedería nada a estas alturas de la tarde, pero 
en estos momentos se estaba celebrando una de las reuniones más 
decisivas para la historia de Internet. Concretamente ha sido en Estados
 Unidos, donde la Comisión Federal de Comunicaciones 
ha decidido terminar con la neutralidad de la red en el país, ahora gobernado por Donald Trump.

No ha sido una votación fácil ni un paso definitivo, pero todo apunta
 a que al final se acabarán imponiendo los resultados de esta votación. 
La consecuencia más directa es que ahora las operadoras estadounidenses 
serán quienes tengan el dominio absoluto de lo que pasa por sus redes.
¿Qué es exactamente esto de la neutralidad de red?
Cuando nos conectamos a Internet, el flujo de información que es 
enviado a través de la red es inmenso. Ya sea leyendo nuestro blog, 
entrando en Twitter o viendo un vídeo en YouTube, estas consumiendo 
datos móviles.

Normalmente, esos datos fluyen a la mayor velocidad posible, 
dependiendo de nuestra cobertura móvil y de la velocidad que tengan las 
antenas de nuestro móvil. Imagina que de un día para otro tu operador te
 envía una carta en la que dice “oye, que te vamos a limitar la 
velocidad de YouTube, a partir de ahora no podrás ver vídeos en HD, pero
 el resto de servicios que utilizas se mantendrán como tal”.
Parece injusto, ¿verdad? Hasta hoy, 
la neutralidad de red impedía que las operadoras cometiesen ese tipo de abusos.
 Son normas creadas para garantizar que cualquier servicio de Internet 
disponga de las mismas posibilidades de competir en el mercado.
A las operadoras estadounidenses no les acababa de convencer, ya que 
desde su punto de vista, estas normas les impedían seguir innovando. A 
partir de ahora no existirá ninguna garantía de que en nuestra red 
tengamos un servicio de calidad, sino dependerá de cada servicio, en 
cada operador.
¿Qué consecuencias puede tener este movimiento?

Lo que muchos temen con este movimiento es que las operadoras 
comiencen a actuar como una mafia, cobrando a cada servicio que quiera 
mantener la máxima velocidad, aunque aún no tenemos claro que esto pueda
 suceder de forma tan abusiva.
Desde mi punto de vista, lo que más buscan las operadoras Estadounidenses es poder ofrecer paquetes de datos más cuantiosos 
a un menor coste
 (lo cual no significa que al consumidor le vaya a salir más barato). Al
 poder reducir la calidad de los servicios más pesados, pueden ahorrarse
 un gran coste en infraestructura.
 
Podría ser el inicio de tarifas de datos ilimitadas, aunque de poca calidad.
Hablar más sobre las consecuencias 
quizás sea demasiada especulación. Nuestro punto de vista es que este movimiento simplemente beneficiará a las operadoras y grandes compañías.
Como curiosidad, en 
The Verge han
 publicado el dinero que los congresistas han recibido en forma de 
“donación” por parte de las operadoras. 101 millones de dolares no es 
poca cosa.
No vivo en Estados Unidos ¿Debería preocuparme?
 La Comisión Federal de Comunicaciones solo tiene poder para 
acabar con la neutralidad de red en Estados Unidos, por lo que en teoría
 no debería afectarnos a todos los que vivamos fuera de este país, 
¿cierto?
La Comisión Federal de Comunicaciones solo tiene poder para 
acabar con la neutralidad de red en Estados Unidos, por lo que en teoría
 no debería afectarnos a todos los que vivamos fuera de este país, 
¿cierto?
Pues la verdad es que de forma directa no debería, pero lo más 
probable es que si que nos acabe afectando más de lo que puedas creer. 
Si las grandes operadoras estadounidenses mejoran sus ingresos al 
aplicar esta ley quizás 
no haya nada que impida a nuestras operadoras a empezar a presionar a nuestros gobiernos.
 
Aunque no nos afecte directamente, las consecuencias marcarán el futuro de Internet.
Seguramente sea 2018 cuando empecemos a vislumbrar con mejor 
perspectiva si estos cambios realmente vayan a ser positivos para los 
usuarios. 
Aunque sinceramente es algo que nos cueste creer.