Android One se convertía en la primera gran novedad anunciada por la compañía de Mountain View en el I/O 2014. Una iniciativa ambiciosa con la que establecer las pautas necesarias para que los futuros smartphones con un valor por debajo de los 100 dólares mantengan unos mínimos de calidad.
Desde hace varios meses se ha rumoreado que sería Media-Tek el encargado de fabricar los procesadores para esta gama de dispositivos. Al parecer, Google lleva negociando más de seis meses con la compañía taiwanesa los pormenores de este acuerdo por el que se comprometería a ofrecer a Media-Tek su el firmware más reciente para que Media-Tek proceda con el desarrollo de hardware específico.
Los procesadores Media-Tek siempre se han caracterizado por su bajo coste, lo que ha permitido a muchas marcas, sobre todo en China, ofrecer terminales con unos costes menores. También es cierto que nadie vende duros a cuatro pesetas y que los chipsets de esta compañía han mostrado un rendimiento y estabilidad menor que los de su máximo rival, Qualcomm. Este reciente acuerdo con Google debería permitir a Media-Tek desarrollar nuevos componentes que ofrezcan un plus de rendimiento, estabilidad y compatibilidad en los futuros smartphones de gama baja con un mercado potencial de mil millones de usuarios.
El primero de los terminales que Google ha puesto como ejemplo en el proyecto Android One es un teléfono fabricado por Micromax. El dispositivo será Dual Sim, tendrá una pantalla de 4,5 pulgadas, radio FM, lector de tarjetas micro SD y montará con toda probabilidad el procesador Media-Tek MT6575. Todo por unos 100 dólares, es decir, unos 73 euros. Estos terminales comenzarán a verse en la India el próximo otoño pero, aunque los planes de Google cuentan con extender la iniciativa a todo el mundo, todavía no se ha revelado ninguna fecha concreta.
Fuente: Digitimes
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