En la historia de los dispositivos informáticos siempre ha habido dos
tipos de personas, los que buscan la mayor estabilidad y seguridad
posible y los que lo único que buscamos es disfrutar de todas las
características nuevas,
se encuentren o no disponibles de forma estable.
Desde luego, buscar el software más estable nos garantiza la mejor experiencia siempre, pero
algunos usuarios no se conforman con eso y quieren probar nuevas funcionalidades, algo que no siempre acaba lo bien que nos gustaría.
Qué significa ser un beta tester, y que significa ser un flasheador
Este tipo de usuarios se les conoce como
beta tester. Un beta tester es un usuario que
prueba las versiones en desarrollo
de Sistemas Operativos, aplicaciones, juegos o cualquier tipo de
software. Algunos usuarios son beta testers por la simple afición de
probar cosas nuevas o echar una mano a los desarrolladores, mientras que
algunos se dedican a ello profesionalmente en empresas de software.
Además de los beta tester existe otro tipo de usuarios, y son los
flasheadores. Un
flasheador es
aquel tipo de usuario que se dedica a modificar la memoria interna
(flash) de sus dispositivos, para cambiar el Sistema Operativo o para
añadirle nuevas funcionalidades. Por ejemplo, un flasheador compulsivo
es
aquel que cambia cada semana la ROM de su teléfono. A veces lo hace por conseguir mejores versiones, mientras que otras las hace por mero aburrimiento.
Seguro que conoces a alguien que cada día te cuenta sus hazañas instalando nuevas ROMs, aunque no te interese en absoluto.
A pesar de que no pueda parecer algo muy apasionante, lo cierto es que la mayoría de beta testers y flasheadores
se divierten con lo que hacen.
Para los que nos gusta la informática acaba resultando algo bastante
divertido, aunque no siempre suele ser gratificante, al existir momentos
de bastante frustración. A continuación os hablaré de algunas de mis
experiencias más sufridas probando nuevas características.
La diversión de modificar consolas
Mis primeras experiencias modificando dispositivos fueron con dos de las que han sido mis consolas favoritas,
la PSP y la Wii.
Cada una de ellas era una consola con características especiales, pero
si por algo destacan ambas era por la comunidad de desarrolladores que
se creó realizando modificaciones al sistema y aplicaciones que
ampliaban las funcionalidades, como el soporte para archivos multimedia
de la Wii o
el cliente de MSN Messenger de la PSP, además de un gran número de emuladores de consolas antiguas.
No obstante, a los fabricantes de consolas nunca les hizo demasiada
gracia que la gente modificase sus consolas, y la razón es que la
principal razón para muchos de esas modificaciones no era otra que
piratear juegos, por lo que los fabricantes actualizaban el Sistema
Operativo de sus consolas p
ara bloquear los agujeros de seguridad que permitían acceder a esas modificaciones.
Realmente era una época divertida, pero también frustrante. Por
ejemplo, en la PSP existía una versión en la que se podía modificar sin
problemas, pero si la versión de tu consola era superior tenías que
instalar la versión que se podía modificar a través de un agujero de
seguridad que se encontraba en el GTA: Liberty City Stories. A lo largo
del tiempo fueron surgiendo nuevos glitches que realmente eran bastante
creativos, como un archivo de imagen que cambiaba de color o la
modificación de la consola a través de
baterías pirateadas.
Modificar consolas era divertido, pero era fácil hacer mal las cosas y romperlas
Linux y Windows 8, dos huesos duros de roer
Pasando de las consolas, damos paso a los ordenadores, donde no
existe un único Sistema Operativo, sino que existe un gran número de
alternativas disponibles,
algunas más estables, mientras que otras versiones son completamente alocadas.
La vida de un tester cuando entra a Linux es bastante agridulce, ya
que es un sistema que nos permite muchísimas alternativas, gracias a la
variedad de distribuciones disponibles (y sin contar las que uno puede
montarse por su cuenta). Uno de los principales problemas con los
sistemas basados en Linux siempre ha sido
el soporte de drivers, donde a veces un componente de tu ordenador funciona, y otras no.
Pero no solo eso, y es que según la distribución que utilicemos puede
que no nos funcionen las impresoras y en otra si funcionen,
pero a cambio perdamos el WiFi. Si a todo ello le sumamos que tengas una gráfica AMD, la cosa puede ser incluso peor.
Los portátiles con gráficas AMD han sido un verdadero dolor durante
años, ya que la compañía de semiconductores apenas lanzaba drivers
estables, únicamente betas. Los drivers estables no iban lo
suficientemente finos y aunque los drivers beta conseguían mejores
temperaturas, no siempre iba a nuestro gusto. Con el tiempo
parece que existen menos problemas, pero muchos pasamos po lo peor.
Con Windows 8 también pagamos fuerte lo que era ser un beta tester, y
es que en las primeras versiones(que el logo de Windows 8 era un pez)
la retrocompatibilidad era una ruleta,
donde tus programas a veces funcionaban, y otras no. Otro bug que
recuerdo con bastante cariño es que no podías acceder a tu ordenador sin
conexión a Internet cuando tenías una cuenta Microsoft asociada, algo
que en la época no nos hizo mucha gracia.
Mis comienzos con Android y la obligación de instalar ROMs
Pero si algo recuerdo con cariño, fue mi llegada a Android. En una época donde los smartphones que veías por la calle eran con
Symbian y Blackberrys
llegó a mi mano un LG Optimus ME, un teléfono que estrené con gran
ilusión a pesar de lo mal teléfono que era (y que más tarde heredó mi
madre primero, y después mi hermano).
Así era el logo de Cyanogenmod en la época
Pasados los meses, el teléfono iba cada vez a peor, y
la prometida actualización a Gingerbread no quería llegar
(en aquella época, LG era el máximo exponente de mal soporte de
actualizaciones, y Sony Ericson, lo más), así que conocí Cyanogenmod.
Si mal no recuerdo, el desarrollador del port de Cyanogenmod 7.2 era de la India.
No sabía quien era, ni que era Cyanogenmod,
pero tras horas de investigación me encontraba con un teléfono nuevo,
que si bien no conseguía un mejor rendimiento en los juegos avanzados,
al menos funcionaba con las aplicaciones más básicas sin quedarse
pillado.
6 ventajas de CyanogenMod sobre el Android de Google
Estas son las ventajas
de cyanogenmod sobre el Android puro de Google que deberías conocer.
¿Cuáles son y por qué son tan importantes?
Las frustraciones de los flasheadores compulsivos y la experiencia Nexus
Tras un año sufriendo con el terminal de LG, di un salto rápido a la
marca que entonces era lo más de lo más en actualizaciones; Sony; con
un terminal de gama media que era bastante prometedor, el Xperia U.
Este teléfono al menos funcionaba, pero Sony dejó de ser lo más de lo
más en actualizaciones. Hacía bastante tiempo que había llegado de
forma oficial Android 4.0, y seguía estancado, así que tocaba moverse.
En esta ocasión Cyanogenmod no estaba ahí para salvarme, así que
tuve que esperar hasta que en la república checa salió la versión oficial de Ice Cream Sandwich.
Unos desarrolladores la modificaron para que fuese mejor, y la instalé
rápido para calmar mis esperas. Jelly Bean ya estaba siendo presentado
en el Google I/O junto a la Nexus 7, pero para mi consuelo los Xperia U
no actualizaron en España hasta bastantes meses después. Ser un beta
tester tuvo sus frutos.
Pero con la llegada del Nexus 4 al mercado me volví loco,
vendiendo el Xperia a un precio bastante inferior
al que me había costado seis meses atrás para tener lo que buscaba, un
dispositivo con lo mejor de lo mejor en hardware y lo mejor de lo mejor
en software.
Con el Nexus 4 me prometí dejar las actualizaciones en manos de
Google, pero el mismo día que llegó le instalé PAC (una ROM que aunaba
lo mejor de Paranoid, AOKP y Cyanogenmod) y fue el comienzo de la
locura. Los dos años que viví con mis teléfonos anteriores me dejaron
con una enorme frustración, la de
que no me gustase el software y no poder tener alternativas, y se convirtió en mi terminal durante mucho tiempo.
Tras vivir la experiencia Nexus he pasado por otros terminales como
el Xiaomi Mi4 o el LG G3, además de instalar ROMs en teléfonos de amigos
que no funcionaban como deberían, y entendí lo que significaba tener un
Nexus. En otros terminales cambiar la ROM
suponía en el mejor de los casos perder calidad en la cámara, pero en otros hasta dejaban de funcionar cosas básicas como el 3G o el micrófono.
¿Sabéis lo frustrante que es probar cientos de ROMs y que no
funcionen partes vitales como la cámara y el micrófono? Los usuarios de
un Nexus no.
Remix OS, el colmo de los colmos
Cuando creía que habían acabado mis aventuras en el mundo de los
testeos y las cosas nuevas llegó Remix OS. Lo que parecía una versión
inocente de Android para ordenadores se ha acabado convirtiendo en una
de mis peores pesadillas. Desde las versiones más tempranas en la Nexus 9
hasta las últimas en PC,
probar un Remix OS para mí no ha sido más que un infierno, pasando desde bootloops hasta pendrives que simplemente se quemaban y dejaban de funcionar.
No creo que Remix OS sea el culpable, pero me recordó algo que todo beta tester debe tener en cuenta, y es que
Que algo te suceda a tí no significa que a todo el mundo le tenga que pasar.
Efectivamente, es cierto, y es que el hecho de que algo no nos
funciones bien no quiere decir que le vaya a funcionar bien a todo el
mundo.
Remix OS 2.0: Análisis de la mejor versión de Android para PC
Remix OS 2.0 es uno de
los proyectos más esperados para los fans de Android al integrar una
interfaz de ordenador: Hoy analizamos su primera versión.
Remix OS es una pasada, y
esto lo sé porque lo he probado en ordenadores que no son míos, ya que en los míos sigue sin funcionar.
Seguro que a ti también te ha pasado
Ahora te hablo a tí, beta tester; voluntario o no; que has pasado
también por mil penurias solo por tener un dispositivo tal y como lo
querías disfrutar. Que has
brickeado tu teléfono sabiendo que
era una mala idea flashear eso, pero que aún así lo has hecho, y aún así lo volverías a hacer.
Todo flasheador compulsivo y todo beta tester tienen una historia que contar, y este es tu momento para hacerlo…
…antes de que vuelva a aparecer ese dichoso pantallazo azul, cómo
lo odio. Quien me obligaría a convertirme en Insider de Windows.