El mundo de la telefonía móvil está en
constante cambio. Los gigantes de ayer, hoy son meras anécdotas para los
consumidores. Y es que sólo hay que pensar que si hace 10 años nos
hubieran dicho que Nokia, BlackBerry o HTC acabarían siendo una sombra y
una nota al pie de página en los informes de venta del mercado,
seguramente nos parecería increíble.
El caso más reciente es, además, patrio.
BQ, la marca que ha sido sinónimo de
móviles españoles,
en menos de un año ha pasado de ser el quinto fabricante por ventas a,
prácticamente, desaparecer tras la venta a la vietnamita V-Smart. Según
los últimos datos que hemos podido obtener
, el cambio de nombre y propietarios ha sido el toque de muerte de la compañía en nuestro país. Basta ver que en
2018, a estas alturas del año mantenía un cómodo
6,9% de cuota de mercado y que ahora mismo, se ha desplomado y las
ventas son testimoniales. Y la tendencia es que acabará en el pelotón de los «otros», ya que la progresión durante 2019 es desalentadora.
Aunque la noticia de la
compra del 51% de BQ por parte de Vingroup no se hacía publica hasta
diciembre de 2018,
la debacle de la marca parece que se fraguaba un par de meses antes. Ya
de octubre, cuando mantenía el 6,4% de cuota, se pudo observar que pasó
al 3,8 y 3,3% en noviembre y diciembre respectivamente. El cambio de
año no ha hecho mejorar las cosas y su
cuota de mercado ha seguido disminuyendo progresivamente hasta ser insignificante a estas alturas.
El parón en las inversiones en publicidad, necesaria e imprescindible
para algo tan importante como hacer ver a los usuarios que aunque los
BQ ahora se llamen V-Smart siguen siendo los mismos terminales o la nula
presencia de esta nueva marca en los operadores, hace pensar que con la
compra, pese a las buenas palabras que hubo tras ella, lo que se había
firmado es una
sentencia de muerte a uno de los casos de emprendimiento español que más ha brillado en los últimos tiempos.
BQ, de los libros electrónicos a los móviles y vuelta a la nada
La historia de BQ se remonta a 2003, cuando no existía ni la idea de
Android o los iPhone. En ese año, seis estudiantes de «teleco» de la
Politécnica de Madrid fundaban
MemoriasUSB, que vieron
la oportunidad de la fabricación de los tan populares pendrives en ese
momento. Pero fue en 2009, cuando empezó su despegue con los
libros electrónicos Booq.
En ese entonces, la empresa se cambió de nombre a Mundo Reader, al
unirse la StarTick Innovación – holding al que pertenecía la empresa
desde 2005 – y Luarna, la primera editorial española 100% digital.
El salto importante para BQ fue en 2011, cuando además de lanzar sus
propios productos bajo la marca Booq, supo ver la oportunidad de crear
productos de marca blanca,
como ellos decían «diseñados en España, fabricados en China», para
grandes empresas como Telefónica, Casa del Libro y, sobre todo, Fnac, de
quien sería su fabricante oficial a partir de 2012.
El año siguiente, 2013, fue el despegue meteórico de la empresa, llegaron las
impresoras 3D
pero, sobre todo, su primera serie de terminales Aquaris. Ese año ya
facturó 52,3 millones de euros en ventas de móviles, para subir a 140,2
millones de euros en 2014 y 186,9 millones de euros en 2015. Una cifra
que se estabilizaría y que incluso les catapultó estar entre los
cinco fabricantes con más ventas en España… hasta ahora.
Si BQ ya no está ¿quién ha ocupado su puesto en el mercado?
Hay que recordar que el éxito de BQ fue el de los smartphones
«buenos, bonitos y baratos». Era un tiempo en el que había pocas, o
ninguna, marca que ofreciera terminales asequibles y de calidad. Y BQ
supo llenar un hueco que, en los últimos años, se ha llenado con la
irrupción de las marcas chinas (Xiaomi, Meizu y ahora Oppo, Realme, etc)
que, por otra parte, son las que utilizaban las mismas fábricas que la
empresa española – y en ocasiones hasta los mismos componentes y diseños
parecidos -.
Atendiendo a los últimos datos de mercado de los que disponemos, en
la parte alta de la tabla se siguen disputando el trono los dos
gigantes, Samsung y Huawei. Este último, sigue batallando con la guerra
impuesta por Trump y aún mantiene un 21,6% de cuota de mercado –
recuperándose en los últimos meses de 2019 tras un verano nefasto -.
Samsung
es la mayor beneficiada de la caída del gigante chino, ya que ha
saltado del 25,4% y se asienta en un cómodo primer puesto con un 31,3%
de cuota de mercado.
Honor, que despuntaba con cuotas que empezaban a superar el 2% también se ha visto afectada por la
polémica de Huawei y no levanta cabeza.
BQ también está desparecida por lo que las posiciones tras los primeros espadas las ocupan
Xiaomi,
con un 16,4% de cuota, doblando el 8,6% y siendo la que, parece, se ha
quedo mes a mes con todo el mercado que antes ocupaba la española.
Detrás está
Apple, que pasa del 12,6% al 12,8%,
manteniendo el tipo justo antes de conocer cómo funcionan los nuevos
iPhone 11, y muy lejos tenemos a una LG a la que tampoco se le presenta
un futuro muy esperanzador, ya que ha pasado del 5,1% el año pasado a
contar con un 3,3%.
¿Podemos despedirnos de BQ para siempre?
Pues si nada lo remedia, los tímidos intentos de Vingroup por
mantenerse relevante en el mercado español hacen presagiar que el sueño
de la marca 100% española en otros tiempos, se ha terminado.
La empresa vietnamita, que inicialmente amasó una fortuna vendiendo
fideos instantáneos, quiere replicar el éxito de BQ pero no en
Occidente, sino en su país natal, Vietnam. Y razones no les falta ya
que, en ese caso, si que serán una marca 100% de su país, con diseño y
fabricación propia… aunque tenga en plantilla a una centena de
ingenieros españoles, los que se libraron de los despidos en la sede
española de Las Rozas, y que se marcharon hasta el otro lado del mundo
para enseñarles como se puede crear un gigante que, por lo que se ve,
tenía los pies de barro como los demás.