Que el Snapdragon 810 haya sido uno de los SoCs peor valorados del año no es algo que a estas alturas de la película nos pille desprevenidos. Las elevadas temperaturas a pleno rendimiento han obligado a los diversos fabricantes a reducir sus frecuencias o a probar con compuestos térmicos que no terminan de convencer.
Para el año que viene, Qualcomm pretende arriesgar más con el Snapdragon 820, chip con el que pretenden recuperar el trono que cualquiera podría quitarle en 2016, volviendo a la estrategia que tanto éxito les ha dado en el pasado, con arquitecturas personalizadas.
Qualcomm renuncia a los octa-core para su gama más alta
En una reciente entrevista, los ejecutivos de Qualcomm han arrojado algunas pistas sobre el futuro tope de gama de la compañía. Según comentan, para el Snapdragon 820 usarán una arquitectura propia llamada Kyro, y serán cuatro núcleos que se encarguen de dar vida a las plataformas que opten por este chip.La decisión de la compañía se basa en mantener los pilares que hicieron grande a la compañía, enfocándose en la calidad y experiencia de usuario en lugar de dejarse llevar por la absurda guerra de números que al final acaba perjudicando el resultado final.
Para Kyro -su nueva arquitectura- piensan centrarse en mejorar el rendimiento mononúcleo, mientras que intentan mejorar la eficiencia en el manejo de varios núcleos, evitando los excesos de temperaturas al ejecutar varios núcleos.
A pesar de que la CPU era uno de los principales errores por corregir del Snapdragon 810, también piensan mejorar sus puntos fuertes, como son sus gráficos integrados, su DSP encargado de mejorar la experiencia multimedia, sin olvidarse de seguir mejorando sus modems LTE.
A veces, volver a los orígenes es el mejor camino que podemos tomar, y parece ser que el caso de Qualcomm no es una excepción. Ya en su pasado más glorioso ridiculizaba los chips de la competencia que se pasaban a diseños de 8 núcleos, por lo que nos extrañó que acabasen pasándose al lado oscuro.